Aunque en un plano de propiedad de la firma Díaz y Contardi de 1915, se menciona a la población Arturo Prat entre las hijuelas 2 y 3, recién, en septiembre de 1920, con motivo de realizarse las celebraciones del IV Centenario de Magallanes, la Honorable Junta de Alcaldes compuesta por los señores Ernesto Hobbs, Mariano Edwards, Juan Hoineisen, Eduardo Bernstein y Manuel Iglesias, actualizó el plano de Punta Arenas y remitió algunos ejemplares al Archivo de la Biblioteca Nacional con el propósito de facilitar su publicación oficial.
En la gráfica, observamos que el núcleo principal del Barrio Prat estaba plenamente conformado y que señalaba también, el límite norponiente de nuestra ciudad. Hacia el oriente existía un amplio sitio de dos manzanas enteras en cuya superficie se desarrollaban las actividades de la naciente liga de fútbol de Magallanes. Al este de dicho lugar, se reservaba un espacio para construir una futura población destinada a trabajadores y sus familias.
En el mes de marzo de ese mismo año se había creado la “Comisión de Habitaciones Obreras”, en donde importantes hombres de negocios del territorio, entre quienes se hallaban Mauricio Braun, José Montes, Rodolfo Stubenrauch, Francisco Campos, Ernesto Hobbs y T.D Burburi, establecieron un plan a largo plazo, para intentar mejorar y reducir el déficit de viviendas de la clase trabajadora. Con un capital de un millón doscientos mil pesos, un dineral para la época, iniciaron esta especie de mutual con el objeto de captar nuevos accionistas para estar en condiciones de financiar las propuestas de contratistas del rubro de la construcción.
Recién, a comienzos de 1924, luego de superar varios contratiempos administrativos, el gobernador Vicente Fernández Rocuant ordenó la construcción de una pequeña población para obreros. Los trabajos fueron intermitentes porque se debió solucionar varios problemas de conectividad en el lugar, entre ellos, la pavimentación de calle Angamos desde Avenida Libertad (España) hasta Zenteno. Recordemos que hace un siglo atrás, aquel sector de la ciudad se consideraba como periférico, apartado del centro y de los barrios más tradicionales.
El conjunto de la obra de cuatro grupos de viviendas pareadas, de un piso, con planta rectangular y techumbre de dos aguas, fue encargada a Fortunato Ciscutti, Director de Obras Municipales. El 30 de enero de 1928 el Consejo de Habitaciones Obreras recibía el conjunto arquitectónico terminado.
Ubicada en el cuadrante Condell por el norte, Señoret al oriente, goleta Ancud al poniente y Angamos hacia el sur, la flamante primera población edificada enteramente con capitales locales, la cual recibió el nombre de “Magallanes”, fue destinada a satisfacer la demanda de gente modesta residente en Punta Arenas. Se trataba de ocho amplias casas de albañilería a la que se agregaron meses más tarde, otras diez viviendas más pequeñas, construidas en madera. Finalmente, el 19 de septiembre de ese año 28 se hizo entrega de la población a empleados y obreros.
Durante más de una década, la población “Magallanes” fue considerada como el Barrio Obrero de la ciudad. Sin embargo, con el transcurso de los años aumentó en Punta Arenas la demanda para obtener una vivienda propia, producto también, de las nuevas condiciones administrativas del austro, convertido en nueva provincia del país, donde sus habitantes podían ejercer libremente sus derechos civiles. En consecuencia con esta nueva realidad política, mucha gente de paso terminó afincándose en Magallanes, estableciendo lazos familiares que clamaban por tener falta de vivienda propia.
En ese contexto, en noviembre de 1939 se produjo la llegada al austro del presidente de la república Pedro Aguirre Cerda, quien personalmente, colocó la piedra fundacional de la que sería la primera gran edificación en la región, de la Caja de Habitación Popular. En la ocasión, el primer mandatario sugirió al administrador provincial de la Caja del Seguro Obrero, Mario Vergara, se confeccionara una minuta para que el trabajador recibiera su casa luego de una amortización general, para evitar de este modo, el cobro de la cuarta parte al contado, como hasta ese momento disponían las antiguas cajas de previsión, facilitando a los obreros la adquisición de sus viviendas, e instó a las otras cajas a construir casas para la clase trabajadora, de modo de reducir el déficit habitacional que aquejaba al país, y muy particularmente, a Magallanes.
En el perímetro de calle Rómulo Correa por el norte, Zenteno al oriente, Orella al poniente y pasaje Brito al sur, se fue levantando en los meses siguientes un complejo de noventa viviendas, cada una de ellas dotada de una cocina, provista de estufa con un estanque para agua tibia o caliente, dos dormitorios, baño con ducha, una despensa y una pieza para guardar leña y carbón.
Durante el proceso de construcción, los favorecidos con la adquisición de casas, -los asegurados con la ley N°4054 con más tres años de imposiciones-, fueron invitados en varias ocasiones a ver el avance de las obras, las que fueron terminadas el 23 de abril de 1941. Después, se procedió a urbanizar las calles del lugar. En junio, en pleno invierno, noventa nuevos propietarios y sus familias inauguraron oficialmente, la mítica “Población Obrera Arturo Prat”.