Una de las paradojas de la economía chilena se relaciona con que mientras los índices continúan mostrando un crecimiento bajo o directamente nulo el gobierno de Gabriel Boric sostiene políticas que de un modo claro impiden el desarrollo de inversiones y afectan industrias que ya han demostrado su éxito en materia de exportaciones.
Aquí es donde el gobierno de Gabriel Boric se pisa el poncho. La permisología y la exacerbada militancia ecologista están ralentizando el crecimiento del país de una forma directa. Detrás de este discurso se encuentra la mano de poderosas ONGs que influyen en diversos niveles de la administración nacional y sus funcionarios. Su agenda no es el crecimiento, está claro, si no la creación de una suerte de gigantesco parque nacional que abarque buena parte del país con escasa actividad económica. Lo ciudadanos, bien gracias.
Según cálculos sectoriales, durante el primer semestre de 2024, la inversión extranjera acumuló US$8.432 millones, sin embargo, al menos US$ 10.000 millones se perdieron por trabas burocráticas que estuvieron impregnadas de burocracia y fanatismo ecológico.
Entre ellas se cuentan la inversión de Colbún, que suspendió su proyecto de energía renovable en Antofagasta por US$1.400 millones y la de Arauco que movió el proyecto de su planta a Sucuriú, estado de Mato Grosso do Sul, una inversión de US$ 4.600 millones. La lista sigue y crece.
Todavía no ha sido publicado oficialmente el tiempo de demora burocrática que lleva, y por cuánto se proyectará, el vinculado al hidrógeno verde en Magallanes, pero la tendencia es obvia en este sentido.
De modo que de ser un país tradicionalmente receptivo por sus inversiones, en pocos años Chile se convirtió en un caso problema para los grandes jugadores del mercado.
El nuevo reporte del Indice Mensual de la Actividad Económica (Imanec) reflejó un nulo crecimiento para el país en septiembre en comparación al mismo mes de 2023 y una baja de 0,8% respecto a agosto del presente año. La cartera de Hacienda que conduce Mario Marcel definió el dato como “muy decepcionante”. Lo es.
“El 2,6% de crecimiento que esperábamos para este año ya no se va a poder cumplir (…) El 2,6% ya se ve muy lejano, ya tenemos que pensar que no lo vamos a alcanzar”, reconoció el ministro.
En Magallanes las cosas no van mejor. La región ha figurado en los índices oficiales del último tiempo, en más de una ocasión con números de decrecimiento preocupantes. Señales de bajo desempeño que ya parecían objetos de museo para el sur.
El turismo todavía se encuentra en fase de recuperación después de la profunda crisis devenida de la pandemia. De acuerdo a los últimos cómputos, el Parque Nacional Torres del País recibió en la pasada temporada alrededor de 250 mil turistas. Pero tal como han señalado actores del mercado a este cronista, la “temporada cambió” en sus formas. Se observa cómo la temporada va concentrándose exclusivamente en los meses de alta y perdiendo gran vigor en los de baja y media. Un fenómeno que afecta de lleno a los emprendedores del sector que con o sin turistas deben pagar patentes, servicios e impuestos.
Por su lado, la salmonicultura mostró este año una caída casi en el 50% en sus cosechas en el marco de una retracción de la industria vinculada a la sobre carga de producción estipulada por la autoridad. Una retracción que se extendería hasta la temporada 2026/27.
Recordemos que el 40% de las exportaciones corren por cuenta del sector con unos US$ 650 millones, seguido por el metanol (US$ 342 millones). Que hay más de 7000 trabajadores directos e indirectos, que a su vez derraman más de US$ 100 millones en salarios.
La baja en la salmonicultura irradia en la actividad de más de 150 empresas medianas y pequeñas que brindan servicio a la industria en toda la región. Por caso, la Asociación de Prestadores de Servicio a la Industria Acuícola (APSIA) reúne a más de 1000 trabajadores.
“Está muy bajo todo, cayó el volumen de trabajo muchísimo en estos meses”, le dice un joven ingeniero de Puerto Natales dedicado a tareas navales a este periodista.
La ausencia de obra pública es otro factor que impacta en la localidad. Durante los 3 años y medios de la última administración municipal no se registró ninguna obra de importancia. Un hecho que podría aplicarse a toda la región de Magallanes. Sólo Natales recibió más de $30.000 millones en inversiones públicas (Polideportivo Municial, Hospital, Rodoviario, pavimentación de calles, reforma de clubes locales) entre 2010 y 2021 contra un “0” de los años recientes.