“Historia del trabajo y de los trabajadores en Magallanes y Patagonia 1843-1973”. Parte II. [Por Víctor Hernández Godoy]

15 de diciembre de 2024

En el volumen “Los pioneros”, Manuel Rodríguez nos señala que en la década del 1870 comienza a observarse un despegue económico en la todavía colonia penal de Punta Arenas, producto de la dictación de la ley de Puerto Libre decretada por el presidente José Joaquín Pérez y que tuvo al gobernador Óscar Viel como su principal impulsor.

La exención aduanera permitió el libre flujo e intercambio de mercaderías por el estrecho de Magallanes, la formación de pequeñas sociedades comerciales y la llegada de extranjeros al villorrio de Punta Arenas. De esta época datan los primeros contratos de trabajo escritos en el austro, siendo el convenio firmado el 6 de agosto de 1873 para la caza de lobos entre el armador y capitán de barco José Nogueira y 10 marineros, el comprobante que inició una nueva forma de establecer y regular las relaciones laborales entre el capital y el trabajo.

Ante el gobernador marítimo del territorio José Garrao, firmó el empresario José Nogueira y el marinero Antonio Barría a nombre de los embarcados. La tripulación la integraban: el portugués Antonio Jasinto, piloto; el español Manuel Amarelle, marinero; el francés Edouard Lamiré, marinero; los chilenos, Juan Alvarado, piloto; Manuel Mansilla, marinero; Miguel Cárdenas, cocinero; los marineros, Elías Oyarzo, José Mercedes Molina, Cipriano Peña y el mencionado Antonio Barría.

Gran piño de ovejas de una estancia perteneciente a la Sociedad Explotadora de Tierra del Fuego. Foto de 1908, tomada del Censo General del Territorio de Magallanes, de Lautaro Navarro.

De acuerdo con el censo levantado en 1878 por el gobernador del territorio Carlos Wood, se desempeñaban en Magallanes, 6 personas en profesiones liberales: 1 médico, 1 farmacéutico, 1 preceptor, 1 escribano, 2 ingenieros; 87 en agricultura y ganadería: 33 agricultores, 26 labradores, 8 campañistas, 2 criadores de ganado, 18 trabajadores de campo; 45 en industria artesanal: 22 carpinteros, 5 herreros, 6 panaderos, 3 sastres, 4 cigarreros, 1 ladrillero, 2 maquinistas, 1 pintor y 1 zapatero; 110 en la caza y comercio de pieles: 54 cazadores de lobos, 29 traficantes con indios y 27 marineros de loberas; 49 en actividades del comercio: 33 comerciantes, 6 agentes comerciales, 4 carniceros y 6 empleados dependientes; y 23 en pesca y navegación: 8 pescadores, 15 marinos mercantes; 29 en actividades varias: 17 sirvientes, 4 carboneros, 8 no definidos y 33 gañanes.

La llegada de las primeras ovejas desde las islas Malvinas/Falkland a fines de 1876 significó en la práctica, el principio de la industria ganadera en la Patagonia. Para 1883, fecha que coincidió con la llegada de aventureros en búsqueda de oro en Tierra del Fuego, existían unas 30 mil ovejas repartidas entre la estancia de San Gregorio, propiedad de José Menéndez; la de Enrique Reynard en Oazy Harbour; la de José Nogueira en Pecket Harbour y en el establecimiento de Waldron y Wood en Punta Delgada.

Con el propósito de fomentar la ganadería, ese año 1883 el presidente Domingo Santa María determinó el comienzo de la política de arrendamiento de grandes lotes de tierras. A fines de 1884 se realizó el primer remate en la península de Brunswick y la costa oriental del estrecho de Magallanes, por un total de 570.325 hectáreas.

Las concesiones se intensificaron en la administración del presidente José Manuel Balmaceda. Durante el período 1886-1891 Mauricio Braun recibió 20 mil hectáreas, y luego, otras 170 mil cerca de la península de Brunswick; lo mismo que Gastón Blanchard en Ciaique; en Tierra del Fuego, la Sociedad Wehrhan, se adjudicó unas 120 mil hectáreas, al igual que José Nogueira, que obtuvo 180 mil en el sector norte de la mencionada isla y por decreto del gobierno, publicado el 9 de julio de 1890, la impresionante suma de un millón de hectáreas que sirvieron para que después de su muerte, Mauricio Braun las empleara, en calidad de sucesión del matrimonio con su hermana Sara, para fundar junto a otros accionistas, la Sociedad Explotadora de Tierra del Fuego (SETF) en 1893.

Para aquel entonces, se habían conformado además de la SETF otras sociedades ganaderas, como la Wehrhan & Co., la Philip’s Bay Sheep Farming Company; y la Tierra del Fuego Farming Company, que administraban 23 estancias con 500 mil cabezas de ganado ovejuno.

Baño de ovejunos en Tierra del Fuego. Foto de 1908.

El éxito de la industria ganadera motivó a que el estado de Chile entregara por decreto del 26 de enero de 1900 otras 300 mil hectáreas a 22 empresarios, mientras que, una ley del 13 de enero de 1902 facultó al fisco para vender tierras a particulares, lo que se materializó con 5 remates entre marzo de 1903 y septiembre de 1906, por un total de 1.756.882 hectáreas a un promedio de $7.27 cada hectárea.

La SETF creció vertiginosamente para convertirse en la mayor industria pecuaria de América del Sur. En 1905 adquirió 380 mil hectáreas en Última Esperanza y 7.500 en la Patagonia continental. De la fusión con la antigua Sociedad “La Riqueza de Magallanes”, obtuvo 350 mil hectáreas en Tierra del Fuego y 600 mil en isla Riesco. En 1907 compró 107 mil hectáreas de la Sociedad Explotadora de Cerro Palique en Argentina y en 1910 adquirió los activos y pasivos de su principal competidora, la Sociedad Ganadera de Magallanes, incorporando a su patrimonio, 356 mil hectáreas en la Patagonia chilena. En 1924, la SETF poseía un patrimonio de 2.945.770 hectáreas, una dotación de 1.778.613 ovejas, sobre un capital de 1.800.000 libras esterlinas. Las utilidades de ese año ascendieron a 921.551 libras esterlinas, 7 chelines y 3 peniques.

Otras organizaciones empresariales de este tipo fueron, la Sociedad Ganadera Gente Grande, la cual se constituyó en 1905 en base a las 120 mil hectáreas de la concesión Wehrhan. Para 1924 poseía otras 50 mil hectáreas en isla Dawson, 400 mil en Neuquén y 73.700 en Tierra del Fuego, con 156.956 ovejunos, 2.528 vacunos, 1.337 caballares y un capital de 400 mil libras esterlinas.

Se agregan, la Sociedad Ganadera Laguna Blanca con 137.932 hectáreas, 135 mil cabezas de ovinos y un capital de 230 mil libras esterlinas, y la Sociedad Industrial y Ganadera de Magallanes, que para 1924 operaba con 483.700 hectáreas y un capital de 150 mil libras esterlinas.

Escrito por: Víctor Hernández Godoy, historiador, columnista, escritor.