Dijimos en la reseña anterior, que el presidente Allende confió el gobierno provincial en el general Manuel Torres de la Cruz mientras se resolvían aspectos burocráticos que impedían asumir al destacado dirigente del magisterio, el profesor normalista Octavio Castro Sáez.
Torres de la Cruz tuvo un importante papel en la organización de la visita efectuada a la zona del presidente Allende, el líder cubano Fidel Castro Ruz y comitivas respectivas, a fines de noviembre de 1971.
Fidel Castro recorrió la provincia. Estuvo con los trabajadores de Lanera Austral; conoció las actividades de la Empresa Nacional del Petróleo (Enap) en Cerro Sombrero. Departió con los jerarcas de la Unidad Popular en Magallanes. Supo del proceso de la Reforma Agraria que con avances y retrocesos se implementaba en la región. Compartió con alumnos y docentes en la sede regional de la Universidad Técnica del Estado, en donde pronunció un célebre e inédito discurso en que ofreció crear en Magallanes, una escuela de medicina atendida por galenos cubanos.
En Chile se vivían días álgidos. La extensa visita de Fidel Castro, que se prolongó por veintidós días, fue aprovechada por los medios de comunicación vinculados con la derecha política. Se llegó a especular que en el país había dos presidentes. El propio Fidel Castro pareció poner en duda la vía chilena al socialismo, cuando en sus palabras de despedida discurso en el Estadio Nacional señaló:
“Aquí en Chile la reacción está mucho más preparada y organizada que en Cuba, al comienzo de la revolución…Espero que venzan. Deseamos que venzan. Creemos que vencerán. Vuelvo a Cuba más radical, más extremista y revolucionario que nunca”.
A contar de 1972 se comenzaron a producir en Magallanes las primeras huelgas dirigidas por diversos gremios. Se percibía un desabastecimiento de productos esenciales. En el mes de agosto, ocurrió en la provincia, el paro general de los trabajadores del comercio, en respuesta a la devaluación del escudo decretada por el Banco Central.
Después de cinco días de paralización de actividades, el gobierno nombró, el 21 de agosto de 1972, al general Torres de la Cruz como Jefe de Zona en Estado de Emergencia de la Provincia de Magallanes. El Intendente interino, ahora revestido de poderes especiales, tuvo que lidiar con un nuevo paro organizado por el llamado Frente de Defensa de Magallanes, que agrupaba a más de cinco mil trabajadores, que solicitaban la restitución de los beneficios que otorgaba la antigua ley Nº 12.008, o de Puerto Libre, además, de otras bonificaciones. En este contexto, la Dirección de Industria y Comercio (Dirinco) ordenó el requisamiento de al menos, cuatro establecimientos de la colonia india en Magallanes: “Casa Gandhi”, “Casa Oriental”, “El Palacio de la Seda” y tienda “La Princesa”, por ocultar mercadería y vender a mayor precio y con engaño.
Manuel Torres de la Cruz procedió entonces, a decretar la expulsión del país de los comerciantes, Nandwani Mayaramani y Bassarmal Mayaramani, por infracción a la ley de cambios internacionales. El paro concluyó recién el 25 de agosto, lo que implicó el fin del estado de emergencia para la provincia.
Todos estos entreveros, hicieron que pasara desapercibida una visita que con el correr de los años se convirtió en un tema fundamental en la indagatoria, que va a producirse después del golpe de Estado con la violación de los derechos humanos.
El 8 de agosto de 1972 llegó a Punta Arenas, el Ministro de Defensa, José Tohá. Vino en una misión especial que consistió en entregar la isla Dawson al tutelaje de la Armada. En ese momento, nadie iba a imaginarse que un año más tarde, Dawson sería el principal centro de reclusión de la dictadura Cívico Militar. En la isla se estableció un campo de concentración a semejanza de los sitios macabros creados en Europa por las huestes de Adolfo Hitler, para el exterminio de judíos, gitanos y homosexuales. A sus dependencias llegaron las principales personalidades de la Unidad Popular, incluyendo a ministros, secretarios, dirigentes y parlamentarios. Como una cruel ironía, el propio Tohá inauguraría el recinto, a pocas horas de producido el golpe de Estado.
Los conflictos económicos y sociales se agudizaron, luego de las elecciones parlamentarias de marzo de 1973. Allende ordenó a mediados de mayo, que Octavio Castro Sáez asumiera la Intendencia de Magallanes, a la brevedad. En ese momento, el gobierno impulsaba el proyecto de ley sobre control de armas, con el propósito de sancionar a elementos subversivos que actuaban al margen de la legalidad, en particular, sectores ultristas del Partido Socialista, el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) y el grupo de extrema derecha Patria y Libertad.
En virtud de esta ley, el 4 de agosto de 1973, el general Torres de la Cruz organizó un gran despliegue militar en el sector del Barrio Industrial con el objeto de allanar el frigorífico de Socoagro y las instalaciones de Lanera Austral. En este complejo resultó herido de muerte el obrero Manuel González Bustamante.
La violencia inusitada y la coordinación demostrada esa mañana por las tres ramas de las FF.AA, llamó profundamente la atención de los magallánicos. Para muchos fue un ejercicio para comprobar la supuesta capacidad operativa y de resistencia armada de los trabajadores. Para otros, fue la comprobación que el golpe de Estado era cuestión de días.