70 años del descubrimiento de las ruinas de Puerto del Hambre [Por Víctor Hernández Godoy]

30 de marzo de 2025

La Sociedad Española encabezada por su presidente Mauricio Castreje Vidal, nos concedió el honor de ser el orador principal en la ceremonia conmemorativa realizada el pasado sábado 22 de marzo en el sector de Puerto del Hambre.

Como sabemos, el capitán español Pedro Sarmiento de Gamboa intentó fortificar el estrecho de Magallanes fundando dos ciudadelas, “Nombre de Jesús” en la boca oriental y “Rey Felipe” en las inmediaciones de la punta Santa Ana, el 11 de febrero y 25 de marzo de 1584, respectivamente. Ambas poblaciones tuvieron un trágico final, relatado a su llegada a Europa por Tomé Hernández, uno de los pocos sobrevivientes, quien fue rescatado en 1587 por Thomas Cavendish, corsario inglés que denominó al lugar como “Port Famine” (Puerto del Hambre), al contemplar la devastación del lugar.

Durante casi cuatro siglos las ruinas de “Puerto del Hambre” fueron un misterio para la comunidad científica mundial, hasta que el diario “El Magallanes” en su edición del 6 de mayo de 1955 anunciaba que los restos de la mítica ciudad habían sido encontrados por el cónsul de España en Punta Arenas y presidente del Centro Gallego de esta localidad, Jesús Cándido Veiga Alonso.

Aunque radicado en la Patagonia desde la niñez, Veiga Alonso vivía en las inmediaciones de Fuerte Bulnes dedicado a la explotación de la industria ganadera. Hacía más de una década que venía indagando en solitario sobre un tipo de ladrillo muy antiguo que sobresalía en la playa cercana a su propiedad. La curiosidad lo llevó a viajar varias veces a España donde se documentó sobre la vida y obra de Pedro Sarmiento de Gamboa.

En septiembre de 1954 comenzó a escarbar en el lugar donde halló restos de piedras y de un material resistente que lo llevó a formular su propia hipótesis, de que estaba cerca de encontrar algo muy importante. La confirmación la tuvo en el verano del año siguiente, cuando descubrió la pared de una iglesia del siglo XVI. La noticia la comunicó a sus amigos escritores y periodistas, Osvaldo Wegmann, José María Robledano y José Kramarenko, quienes difundieron el acontecimiento en la prensa. El resultado no fue el esperado. La mayoría de la gente mostró su incredulidad manifestando que un aficionado, presidente de un club social compuesto de familiares y unos cuantos amigos, carecía del currículum y las competencias académicas para realizar una investigación científica que sólo podían hacer, arqueólogos y etnógrafos.

Lo cierto es que Veiga Alonso cayó en el mayor descrédito. Nadie aceptaba que un simple ciudadano tuviera las competencias para asegurar el hallazgo de la ciudad del Rey Felipe y más aún, afirmara que los vestigios estaban tres kilómetros al norte del sitio donde todos los mapas del mundo la ubicaron durante más de 370 años.

Los amigos de Veiga esperaron pacientemente, que llegara a Magallanes el sabio francés Joseph Emperaire para continuar sus trabajos sobre los pueblos originarios. Le pidieron entonces, que los acompañara a Puerto del Hambre para que, ratificara o desmintiera la versión de Veiga Alonso. Los resultados efectuados por el etnógrafo europeo en marzo de 1958 no sólo comprobaron la veracidad del descubrimiento del vecino español avecindado en Fuerte Bulnes, además, fueron encontrados varios esqueletos y restos óseos que confirmaron la existencia de un conglomerado humano. Se había encontrado la ciudad del Rey Felipe.

La opinión pública apoyada por el periodismo regional, unido a la difusión mundial que tuvo la noticia, llevó a creer que Joseph Emperaire era el verdadero descubridor de las ruinas de Puerto del Hambre, cuando lo que había hecho en verdad, era verificar el hallazgo logrado por Veiga Alonso tres años antes. Para colmos, Emperaire falleció en un accidente, en diciembre del mismo año 58, mientras trabajaba en unas excavaciones en Ponsomby, en isla Riesco.

En nuestra intervención del sábado, contamos ante las autoridades asistentes, civiles y militares, entre ellas la oficialidad del buque escuela español Juan Sebastián Elcano, las distintas vicisitudes experimentadas por Veiga Alonso producto de la omisión histórica y de la infortunada muerte de Emperaire, que impidió establecer con exactitud la verdad de los hechos.

Ensayo histórico escrito por el verdadero descubridor de Puerto del Hambre, Jesús Veiga Alonso, publicado por la imprenta Hersaprint en 1975.

La tragedia de Puerto del Hambre alimentó un sinnúmero de leyendas y estimuló la creación literaria e histórica. En algunos libros como en la obra del periodista Manuel Zorrilla “Magallanes en 1925”, se sostiene la idea –respaldada por escritos de viejos textos-, de que los pobladores de Rey Felipe huyeron hacia el norte del territorio, a la zona de Nahuelhuapi, donde se encontraron con otros españoles, sobrevivientes de anteriores exploraciones, con quienes fundaron la célebre Ciudad de los Césares, repleta de oro y buen clima, codiciada por aventureros, soldados y marineros.

Después que se hizo público el hallazgo de Veiga en mayo de 1955, ratificado por Emperaire en marzo de 1958, se sucedieron una serie de publicaciones, recreando lo acontecido con la ciudad y sus moradores. Osvaldo Wegmann y el escritor capitalino Reinaldo Lomboy publicaron dos novelas sobre el tema: “El camino del hambre” (1960) y “Puerto de Hambre” (1964). La imprenta Hersaprint editó el ensayo histórico de Jesús Veiga Alonso “Sarmiento de Gamboa colonizador del  estrecho de Magallanes” (1975). En tanto, el doctor en literatura Christian Formoso publicó en 2005 el poemario “Puerto del hambre”. Varias pasajes y fragmentos alusivos a la ciudad de Rey Felipe, se pueden hallar en su famoso libro impreso el 2008, “El cementerio más hermoso de Chile”.    

Escrito por: Víctor Hernández Godoy. escritor, historiador, columnista.