Amenaza inminente (Por Juan Carlos Tonko Paterito)

3 de julio de 2024

«Sin embargo, aquí en la profunda holla de Puerto Edén de hoy, 

las aguas oscuras reflejan una tragedia muy real 

que pesan sobre los hombres antaño libres.

En las orillas de estas aguas de la que dependen sus vidas, 

un pueblo está a punto de morir. 

Siguiendo la huella de Magallanes, 

el diablo desembarcó en este paraíso».

Jacques Ives Cousteau

Documental Vida al Fin del Mundo”

No nos sorprende lo ocurrido con la Corporación Nacional Forestal, CONAF, y su insistencia en imponer los planes de manejo que hizo junto a organizaciones de activistas ambientalistas. No nos sorprendemos porque advertimos ya de antemano acerca del origen distorsionado y el procedimiento acomodado a los intereses de esas organizaciones que mostraba el proceso. Se lo dijimos a la dirección de la CONAF, en carta que hicimos llegar a la Contraloría General de la República para ir dejando antecedentes de nuestra posición.

El problema que enfrenta Chile con estas organizaciones es muy profundo. Probablemente atraídas por la influencia histórica que han tenido las instituciones públicas en modelar la sociedad chilena, los activistas diseñaron una estrategia de copamiento de estas instituciones. Torcieron con ello el sentido de tales instituciones públicas para satisfacer así sus propios intereses y el de sus mandantes del Hemisferio Norte. Lo vimos hace un par de años nada menos que en el Ministerio de Relaciones Exteriores; lo vemos ahora en la Subsecretaría de Pesca y en CONAF, por nombrar los involucrados en este caso. Es más, la cuestión de los convenios y las fundaciones no es ajena a esta estrategia de copamiento institucional. Pero por muy estrategia que sea, las estrategias también se pueden hacer mal y resultar en desastres. Ocurren esas cosas.

No es nada de extraño el interés de estas ONG por el Parque Nacional Bernardo O’Higgins, reconocido a nivel mundial como un importante reservorio de agua, a toda costa han mandatado a CONAF sacar adelante el plan de manejo a como de lugar, no tomando en cuenta las opiniones de la Comunidad Indígena Kawésqar de Puerto Edén y menos de sus 60 habitantes que hoy viven en la localidad. El artilugio está ahí, hacerlo con aquellos que vivieron en Puerto Edén, pero que hace muchos años viven en distintas partes de Chile y no tienen ninguna conexión con la localidad.

Pero si de profundos problemas se trata, el abandono del Estado hacia sus territorios es toda una tragedia. Que entre Tortel en Aysén, y Puerto Natales en Magallanes haya sólo una villa, la de Puerto Edén, es demostrativo de ese abandono. Una villa abandonada por el Estado sin administración, sin una inversión clara, sin proyecciones para este puñado de hombres y mujeres que a pesar de ello siguen haciendo soberanía; con continuas presiones para que emigremos de ella y nos declaremos folclóricamente como originarios de Puerto Edén, sin vivir aquí, que hoy está de moda y que CONAF ampara bajo un supuesto derecho de injerencia. Es de esperar que las políticas públicas que se implementen para Puerto Edén serán consultados a aquellos que dicen haber vivido en aquel lugar y mientras los verdaderos habitantes no van a tener ninguna posibilidad de poder decidir su destino. Claro, esto alimenta los sueños de esas organizaciones activistas de apoderarse de estos espacios para placer y beneficio de sus multimillonarios mecenas. Imaginarse un país vaciado gobernado por ellos, es toda una exquisita utopía. Ver paisajes sin gentes que molesten sus bellezas, es irresistible absolutamente.

Los planes de manejo de CONAF y sus organizaciones de activistas es la puerta de entrada para que esos multimillonarios en dólares se apropien de los territorios de la Patagonia Occidental, entre ellos del Parque Nacional Bernardo O’Higgins, como ya lo hacen también en la Patagonia oriental. Y nuestro Ministerio de Relaciones Exteriores preocupado de la Antártica, cuando está perdiendo la Patagonia. Notable. Los chilenos deben anotar. Luego el gobierno les va a entregar los parques y reservas a esas organizaciones del colonialismo verde, evitando de esta manera cualquier posibilidad de invertir y mejorar la calidad de vida de sus habitantes. Anoten. 

Las organizaciones indígenas tenemos de contraparte al Estado, no a estas instituciones. Por lo tanto, el debilitamiento del Estado es también debilitamiento de nuestros derechos. Por lo mismo, nuestra comunidad, junto con rechazar la forma y el fondo de los planes de manejo que busca imponer CONAF y el Gobierno de Chile, ha evitado involucrarse en campañas de las ONG verdes, por saber a ciencia cierta el que ellas son una forma más del colonialismo y de la intromisión de las grandes corporaciones transnacionales en los territorios que desean.

Publicado originalmente en https://comunidad-kawesqar-puertoeden.blogspot.com/2024/06/amenaza-inminente.html

Escrito por: Juan Carlos Tonko Paterito