La economía de Argentina acumuló una caída del 3,2% en el primer semestre del año, un periodo marcado por las fuertes decisiones en dicho ámbito del Presidente, Javier Milei, y que tras un ligero repunte logrado en mayo, cerró con un nuevo traspié en junio.
Según informó el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), el estimador de la actividad económica, un indicador que sirve como anticipo provisional para medir la variación trimestral del Producto Interior Bruto (PIB), registró en junio pasado una caída del 3,9% en comparación con igual mes de 2023, revirtiendo la mejora del 1,9% conseguida en mayo tras seis meses consecutivos de contracción interanual.
De acuerdo al informe oficial, el indicador retrocedió 0,3% en comparación con mayo último, también dejando atrás la tenue recuperación del 0,7% que se había registrado en el quinto mes del año.
Así, el primer semestre cerró con una contracción acumulada del 3,2%.
En la primera mitad del año, la actividad económica se vio impactada por los efectos de la súbita devaluación del peso argentino en diciembre pasado, apenas iniciado el Gobierno de Milei, y del drástico programa de ajuste puesto en marcha por el nuevo Ejecutivo.
En el primer semestre, los diversos sectores económicos operaron en un escenario de muy elevada inflación (271,5% interanual en junio; 79,8% acumulado en el semestre), con una fuerte caída de los ingresos de los hogares en términos reales que impactó de lleno en la demanda, golpeando al comercio y a varios sectores industriales.