En la tarde del jueves 7 de febrero de 2019 nos enteramos de una terrible noticia: producto de un infarto en pleno centro de Punta Arenas, fallecía nuestro querido amigo el poeta Niki Kuscevic.
Nada hacía presagiar un final tan abrupto para este creador magallánico, reservado y lúcido, aunque empedernidamente solitario. Si bien se le conocían algunos versos desde la década del 80, participando en la conformación de varios proyectos artísticos y literarios, su debut en el alambicado mundo de las publicaciones se produjo a comienzos de 1998 al ser incluido junto a otros veintiséis vates por los autores Juan Magal y Pavel Oyarzún, en el libro “Antología Insurgente. La Nueva Poesía Magallánica”.
Niki Kuscevic era un hombre esencialmente introvertido, tímido, que rehuía de las grandes masas, los tumultos de gente. Detestaba las cámaras, todo aquello le parecía superfluo, ajeno al arte y a la literatura. A menudo, solía reunirse con un grupo reducido de amigos, en el bar del Círculo de Suboficiales en Retiro Sargento Aldea o en la barra de la Sociedad de Empleados de Comercio donde no escaseaban las musas que lo inspiraban, entre el constante humo de los cigarrillos y las botellas de vino que regaban en exceso cualquier conversación.
Niki era un hombre de códigos, la palabra empeñada era la principal garantía de su amistad. Conocía varios países europeos y algunas ciudades importantes de Estados Unidos, sin embargo, jamás mencionaba aquello, salvo cuando sostenía un diálogo casi confidencial con sus interlocutores más dilectos. Conocedor de los grandes compositores de música clásica, hizo de algunos directores cinematográficos, un símil de su trabajo literario.
Antes que nos embarcáramos en varios proyectos culturales, tuvimos la fortuna que Niki nos confiara su obra creativa anterior que por cierto, custodiaba celosamente en su biblioteca personal a la que rara vez tenían acceso otras personas. Supimos de su volumen poético «Ozono” y de la pieza dramática “Escena”, escrita en el transcurso de 1999.
Después vinieron las publicaciones de libros. En 2007 acometimos el proyecto que buscaba demostrar que el 10% del remanente de dinero que dejaba la libre internación de productos en Chiloé, Aysén y Magallanes, a través de la ley N°12.008, posibilitaba la llegada de nuevos bienes culturales a la provincia y el desarrollo de un movimiento artístico y literario como no había ocurrido desde principios de siglo XX. En paralelo, Niki estrenaba en febrero de 2008 su primer libro en solitario, el texto poético “Cadáver Lírico”, mientras en el invierno de ese año, producíamos el estudio histórico, “Restauración del Puerto Libre”.
A fines de 2009 Niki sacó adelante la primera parte del proyecto acerca de la recuperación de los artículos y crónicas escritas en el diario “La Prensa Austral” por su abuelo, el destacado profesor de castellano, ex regidor, miembro de numerosas instituciones deportivas, sociales y culturales, Julio Ramírez Fernández. Nosotros cooperamos en la investigación y en la redacción del estudio preliminar de la obra.
En marzo de 2010 Niki publicó su libro más personal y experimental, “Estudio de una Imagen” escrito en la forma del haiku, el tipo de poesía japonesa que nuestro amigo hacía referencia desde que lo conocimos. Hacemos este comentario porque Niki se esforzó enseñando en diversos talleres literarios, esta técnica de escritura, pero incorporando nuevos elementos de contenidos. Al final del poemario, como si fuera un texto científico o un tratado propio de las ciencias sociales, Niki agregó varios títulos extraídos de distintas disciplinas artísticas, a modo de bibliografía, videografía, discografía y referencias pictóricas, que justifican, colaboran, y sirven de marco teórico para la desconstrucción de su propio relato. Al respecto, el profesor de castellano Miguel Eduardo Bórquez en su ensayo, “Un epitafio en lengua muerta: aproximaciones a la poesía de Niki Kuscevic”, señalaba que “Hay en la poesía de Kuscevic un marcado acento visual, explicitado en Estudio de una Imagen (cuyo concepto principal se articula alrededor de una serie de obras plásticas de Malevich, Delvaux y Klim respectivamente), pero latente a lo largo de toda su obra”.
Para el otoño de 2011 realizamos junto al ilustrador y amigo, Juan Carlos Muñoz Alegría, el proyecto denominado “Metalenguajes sobre el fantasma del faro Evangelistas”, que intentaba a partir de un poema escrito por Rolando Cárdenas, encontrar distintas formas de interpretación desde el análisis histórico, la perspectiva gráfica que brindaba el comic y la distorsión, proporcionada por la alteración fotográfica.
Sabemos que antes de que ocurriera la desgracia del 7 de febrero del 2019, Niki se encontraba ejecutando una nueva iniciativa cultural y literaria que contaba con un título sugestivo: “Apocalipsis de Tierra del Fuego”. Este año vamos a ir por su rescate, así como por el conjunto de la obra de nuestro amigo.
No olvidemos que la figura de Niki se perpetúa en la biblioteca pública de calle Hornillas en Punta Arenas. En abril de 2019, cuando se efectuaban los preparativos del VI Festival Literario del Adulto Mayor que organizaba la agrupación “Plumas Literarias”, el profesor José Daniel Calisto Garay propuso que la sala donde habitualmente Niki celebraba sus talleres literarios llevara su nombre, moción que fue aceptada unánimemente.
Es el primer paso del eslabón.