El comandante en jefe del Ejército, Ricardo Martínez Menanteau, fue citado a declarar por la ministra Romy Rutherford en el marco del caso Milicogate. La diligencia se realizará a seis días de entregar el mando, por lo que podría convertirse en el primer comandante activo en ser procesado y eventualmente quedar detenido.
Una compleja salida del Ejército podría enfrentar el actual comandante el jefe de la institución, Ricardo Martínez Menanteau, luego que fuera citado a declarar como inculpado en el denominado Milicogate.
Así lo reveló La Tercera, de acuerdo a un oficio que envió la ministra que lleva la causa, Romy Rutherford, hasta la comandancia en Jefe del Ejército.
De acuerdo a la información, la citación es para el 3 de marzo, sólo días antes de el traspaso de mando del 9 de marzo al general Javier Iturriaga.
Este último se hizo popularmente conocido cuando declaró no estar en guerra, tras los dichos del mandatario por el estallido social.
Así las cosas, Martínez podría ser el primer comandante en jefe del Ejército activo en ser procesado por la Justicia, acarreando una mancha no sólo para su nombre, sino también para la institución castrense.
Recordemos que el caso Milicogate mantiene procesados prácticamente a todo los excomandantes, desde Óscar Izurieta, pasando por Juan Miguel Fuente-Alba, hasta Humberto Oviedo.
En el caso de Martínez, está siendo indagado por las aristas “Pasajes y fletes” y “Gastos reservados”.
Serían 15 los viajes que fueron investigados por la PDI, quienes elaboraron un informe que está en manos de la denominada “Jueza de hierro”.
Recordemos que según descubrió la magistrada, los funcionarios cotizaban pasajes caros con agencias de viajes, los cuales eran autorizados por la institución, pero luego compraban los más baratos y solicitaban la devolución de la diferencia.
En gran parte de los casos, incluso, viajaban con sus esposas, tal como habría ocurrido en el caso de Martínez Menanteau.
La preocupación al interior del Ejército, es que tal como ha ocurrido en otros casos, como el de Óscar Izurieta, lo que comienza como un interrogatorio, termina con un procesamiento y eventual detención.
Por lo mismo, no se descarta que Martínez pida un reagendamiento de la diligencia, pese a que hasta ahora Rutherford ha sido inflexible en no dar concesiones a los investigados.