Francisco “Pocho” Álvarez es el dueño del Club K, la discoteca que fue la primera en abrir luego del cierre de los locales nocturnos a causa de la pandemia en nuestro país. Además, es uno de los gestores de Gastropuq, la asociación gremial que ha impulsado una serie de iniciativa en favor de la reactivación económica del sector.
Respecto de la apertura en del local, Álvarez dice estar satisfecho, ya que los puntarenenses confiaron en las medidas adoptadas y llegaron a disfrutar de la música que ofrecen los Dj.
“También estamos contentos por el desarrollo que tuvo el evento y la gente tuvo un comportamiento súper adecuado, sino es por el tema del uso de la mascarilla”, comenta Álvarez.
Respecto de la organización, Álvarez estima que no fue algo dificultoso en demasía. Considera que los asistentes al local se mostraron agradecidos y disfrutaron la reapertura del club, luego de casi 500 días de cierre obligado por el Covid.
Sin embargo, para las discotecas sobrevivir ha sido casi imposible. Según Álvarez, solamente su local puede reabrir, ya que los demás tuvieron que cerrar definitivamente a causa del prolongado cierre.
Respecto de la información que se manejó sobre un sumario por el no uso de mascarilla en el interior del local, Álvarez aclara que no ha sido notificado oficialmente de la situación. Pero finalmente se supo que no habrá ningún tipo de sanción ni investigación.
“Hubo una información de prensa. Creo que fue una consecuencia de lo que pasó el sábado, obviamente estaban reuniendo antecedentes. A mi durante la mañana me mandaron de trazabilidad a pedir el mail donde estaban los nombres de los asistentes, los rut que nosotros teníamos. Se los enviamos”, explica Álvarez.
Además, comenta que enviaron los datos respecto de las dimensiones del local y capacidad total.
Al respecto, hay algunas observaciones de parte de la autoridad para que el servicio sea óptimo.
“Entiendo la preocupación de que debe haber una mascarilla y que esto debe ser un aprendizaje para todos. Tenemos que avanzar en esto (…) Esto tiene que ser tomado como una marcha blanca”, sostiene Álvarez.