Cómo construir falsos relatos contra el desarrollo económico a partir del fanatismo

13 de noviembre de 2024

Hace cerca de un mes un grupo de trabajadores de la acuicultura y la pesca y representantes del pueblo kawésqar se negó a continuar participando un taller en Puerto Natales, organizado por la Universidad Austral de Chile y Subpesca, por considerar que la actividad estaba sesgada y no los abarcaba cabalmente como sector.

Los trabajadores hicieron saber a los coordinadores que percibían en el evento, en el que se pretendían discutir aspectos la nueva Ley de Acuicultura, la sombra de ONGs como PEW. Y por todos es sabido, la ONG se opone a la salmonicultura y a cualquier actividad de desarrollo económico en la Patagonia.

En abril de 2023, el yate Witness de Greenpeace atracó en Puerto Natales, pero su tripulación decidió no desembarcar porque los esperaba una comitiva que también estaba integrada por trabajadores de la salmonicultura y representantes kawésqar. Optaron por negarse a un diálogo obvio con miembros de un contingente afectado de modo directo por sus millonarias acciones de marketing negativo.

Greenpeace había arribado al sur de Chile con la intención de denunciar presuntas contaminaciones en la zona de los fiordos. Sin embargo, le habían solicitado permiso a la autoridad marítima para hacer turismo. Finalmente sus equipos captaron poca cosa y eso poco lo amplificaron como si en Magallanes sufriera un Apocalipsis ecológico. En Europa este tipo de incursiones han sido consideradas de “espionaje”.

Construir un relato de este tipo requiere poderosas campañas publicitarias y un mínimo contacto con la realidad. Por supuesto, las organizaciones conservan directrices que luego se golpean de lleno contra verdades muy distintas a sus prejuicios. Son los propios trabajadores quienes se niegan a aceptar su versión de los hechos.

El mensaje anti-casi-todo (excepto ellos mismos) no sólo incluye a la salmonicultura sino también a la pesca indsutrial, el hidrógeno verde, la minería, y la lista sigue.

¿Es una lucha en favor de la “salud” del planeta o en contra del desarrollo económico del país? ¿Se empuja un relato fantasioso que, en definitiva, no incluye a las personas? Son preguntas que comienzan a cruzar el horizonte de los vecinos y gremios en toda la región. Esto en parte explica el rechazo nada vedado hacia sus iniciativas.

El martes 29 de octubre en Santiago se realizó el conversatorio denominado “Trabajo forzado y explotación laboral en la industria del salmón” cuyo título no dejaba mucho espacio a la imaginación. Entre los panelistas figuraban representantes de Ecocéanos, Danish Institute for Human Rigths, Universidad Diego Portales, Fundación Libera y el Sindicato de Buzos “Hijos del rigor”.

Otro conversatorio que parece diseñado para imponer visiones negativas sobre la acuicultura en el sur.

Según explicaron integrantes de los gremios de buzos, los panelistas no tardaron en reconocer que no poseían experiencia en el mar para luego denunciar prácticas que han sido superadas hace décadas.

El resultado no salió como esperaban los organizadores. Representantes de Multisindical de Trabajadores del Salmón expusieron sus argumentos en donde hicieron tambalear el relato y el evento tuvo momentos de alta tensión. Finalmente desde la multisindical anunciaron que están pensando en iniciar acciones legales contra quienes impulsaron el encuentro.

Asistimos a la construcción de una poderosa batería de marketing que no tiene problemas con las hipérboles o directamente las mentiras para instalar su mensaje. La presencia de la salmonicultura se reduce a 2000 hectáreas en un escenario de reserva que supera las 5 millones de hectáreas en Magallanes. El avance de la prometedora industria del hidrógeno verde ya está encontrándose con los “peros” que establece la permisología y los recursos de más de 100 ONGs que se oponen a su llegada.

Los ejemplos sobran. Los grupos de poder que impulsan la despoblación del sur difícilmente pueden camuflar sus consignas “ambientales” atravesadas por la militancia y el fanatismo.

Escrito por: Zona Zero