Cómo va tomando forma la idea mesiánica de una Patagonia sin gente y sin desarrollo económico (Por Claudio Andrade)

8 de julio de 2024

Los hechos hablan por sí mismos.

En los últimos años hemos sido testigos del avance de una ideología extrema, de una forma de entender el mundo absolutista y bien antidemocrática sobre nuestra región, Patagonia. La idea del zorro disfrazado de cordero viene a mi mente una y otra vez.

Cantos de sirena explicados a niños inocentes. Un grupo de multimillonarios con las “mejores intenciones” se adentran sin pausa en la geografía de Chile y la Argentina. Lo mismo hacen poderosas ONGs que –¡oh casualidad!– dependen financieramente de esos mismo filántropos delirantes. Mesiánicos.

Las suaves melodías continúan sonando, pero ahora interpretadas por funcionarios y políticos que uno no termina de entender muy bien cuál es su verdadera motivación. Aunque, sin duda alguna, empujan el mismo carro. Y crean Planes de Manejos imposibles de poner en práctica y leyes rebuscadas, complejas e inaccesibles para la mayoría, y convocan discursos de especialistas fanáticos “gracias” a los cuales nos terminamos enterando de que los peces juegan al fútbol, hacen trucos y tienen sus “momentos” psicológicos. Por todo eso no podemos utilizarlos como alimento. Debemos resignarnos a las raíces y a las zanahorias. Si es que las zanahorias no tienen nada que decir al respecto, por cierto.

Veamos la secuencia lógica de los hechos: la llegada en los 90 del ex dueño de Northface a Chile, Douglas Tompkins, inauguró la temporada de “caza” de territorios en Chile. El millonario observaba que la población nativa no era parte de la solución para salvar al planeta sino una pieza clave del problema. Tompkins quería un territorio salvaje, poco explorado, sin gente y sin desarrollo alguno.

Su sueño era un delirio jurásico como el que impulsaba al personaje John Hammond de la novela de Michel Crichton luego transformada en película por Steven Spielberg. De hecho, la Fundación Rewilding lleva adelante hoy mismo y en memoria de su principal donante de dólares, un proceso de reinserción de especies que deberían estar extintas.

Sigamos. A través de sus fundaciones los Tompkins compraron enormes porciones de territorio en Sudamérica que luego donaron a los gobiernos locales bajo estrictas condiciones de uso. En el fondo ellos siguen detrás de su administración. A Tompkins se sumaron el dueño de Patagonia Inc,, Yvon Chouinar, los Rockefeller y lo demás es historia. Junto a ellos Greenpeace, Oceana, PEW y tantas otras.

El siguiente capítulo pensado para anular a la Patagonia como región habitable y posible foco de desarrollo económico fue generar leyes de protección tan duras como amplias en su alcance geográfico. Leyes que revindican culturas ancestrales y también actividades ancestrales como únicas posibles de ejercer en el territorio.

Métodos, “trucos”, teoremas técnicos, que vuelven muy improbable que el rico sur del mundo se convierta en versiones de Noruega, Suecia o Finlandia.

El de esta banda de millonarios y militantes, es un imaginario comunista en el que las familias viven en el siglo XXI de lo que pescan con sus botes y luego regresan a sus casas felices mientras alimentan a sus hijos con lo recolectado en la jornada. Un ideario que no propone ninguna solución a cómo ganarán su dinero las personas que en ocasiones deben pasar meses en el mar trabajando.

Un imaginario propio del “Avatar” de James Cameron que entiende a los pescadores como seres despojados de deseos y sueños. Agradecidos hasta el infinito de lo que el mar les entrega. Seres imaginarios sin problemas. Sin necesidades. La fórmula mesiánica es: “ustedes no piensen nosotros nos encargamos de eso”.

Con este fundamento, los mismos millonarios y sus ONGs, con la participación de políticos y funcionarios de turno, alentaron la entrega de cientos de miles de hectáreas a grupos de familias que se autoperciben descendientes de una cultura precolombina. Al entregarles el mar cierran con una segunda llave el tan esperado desarrollo en el sur.

Los Planes de Manejo de las zonas de reservas son el siguiente eslabón. Desde el principio estuvieron intervenidos en su independencia de criterio por ONGs. Algunas como PEW hasta “invirtió” dinero en el proceso que lleva adelante CONAF.

¿Qué propone en definitiva el Plan de Manejo tal como se encuentra ahora? Propone no hacer nada. Impedir todo. Resguardar a la Patagonia de sus propios habitantes. Cerrar la puerta para siempre.

El último y exótico capítulo de esta historia fue la participación en el Congreso de Ignacia Uribe, directora general de la Fundación Veg quien relató que los peces jugaban al fútbol. Esto en el marco del concepto, también explicado por ella, de que los habitantes del mar son seres “sintientes”.

Una idea que entusiasmó al diputado al diputado del Frente Amplio, Jorge Brito, quien impulsó los argumentos de Uribe en el proyecto de la nueva Ley de Pesca. Si sienten y juegan al fútbol quedarían vedados para formar parte de la cadena de alimentación de las personas. Este es el razonamiento.

Sin embargo, más allá de relatos extraños, el propósito es el mismo. Que sur se vuelva una geografía inaccesible.

Escrito por: Claudio Andrade