A catorce días de las elecciones generales de noviembre, las campañas de los candidatos a la presidencia se han ralentizado, debido a que el magallánico Gabriel Boric dio positivo al covid y sus adversarios quedaron en el grupo de contactos estrechos.
Solo Franco Parisi está fuera de la orden decretada por la autoridad sanitaria, porque continúa haciendo campaña desde Estados Unidos, país donde reside, pese a que quiere gobernar en Chile.
Sí, pienso igual que las y los lectores de esta columna, es insólito que la ley electoral no haya previsto la ocurrencia de esta anomalía y ante la ausencia de una norma explícita, la permita.
A los otros y otra, aun cuando no lo han dicho públicamente, la cuarentena obligatoria les dio tiempo y distancia para ordenar sus ideas y propuestas, algunas de ellas francamente estrambóticas y antidemocráticas.
Es por esa razón, aunque les dé lata hacerlo, que es conveniente leer el programa de su candidato o candidata para tener conocimiento de lo que se quiere hacer.
Es irresponsable decir después, como el exsenador Ignacio Walker, que no firmó ni suscribió el programa del segundo gobierno de Michelle Bachelet, pese a que era el presidente de la Democracia Cristiana, uno de los partidos ancla de la coalición oficialista.
En esta segunda entrega -y final- de las ideas del candidato de la ultraderecha, José Antonio Kast Rist, asoman entre sus 829 propuestas algunas “perlitas” retrógradas y antidemocráticas que no se pueden dejar pasar. He aquí una pequeña muestra:
“La creación de ficciones jurídicas por parte del Poder Judicial constituye una transgresión constitucional inadmisible”. La aludida ficción jurídica, absolutamente necesaria en la búsqueda de justicia, es aplicada por la judicatura ante el silencio mantenido por las instituciones armadas en los casos de desaparición forzosa de personas durante la dictadura. Si no existiera el mutismo corporativo, que se ha mantenido en el tiempo, tal acción no tendría razón de ser.
“Más cárceles para Chile y más protección y beneficios a Gendarmes. Miles de delincuentes dejarán las calles y llenarán las cárceles”. Esta solución facilista al fenómeno social de la delincuencia, no se hace cargo de las causas que lo originan. Seguir abarrotando las cárceles, ya sobrepobladas, o construir nuevos recintos, no contribuye en nada.
“Los presos van a trabajar para pagar su gasto en prisión”. Otra caricatura que suele repetirse con bastante frecuencia, obviando que quienes delinquieron cumplen condenas que los privan solo de la libertad. El Estado que los puso ahí debe hacerse cargo de sus “gastos”. El trabajo es deseable en la medida que contribuya a la rehabilitación y reinserción social de los individuos. Por cierto, debe ser remunerado.
“Coordinación Internacional Anti-Radicales de Izquierda”. Intento solapado de reeditar el fenecido Plan Cóndor, operación de represión puesta en marcha por los organismos de inteligencia latinoamericanos en la década de los setenta, que secuestraron, torturaron, asesinaron e hicieron desaparecer a opositores a los regímenes dictatoriales de la época.
“Ampliación en las atribuciones del Estado de Emergencia”. Esta es una de las ideas más polémicas -no la única- que contiene el programa del candidato Kast, por cuanto pretende dejar al arbitrio del presidente de turno la facultad de “restringir libertades de locomoción y reunión, de interceptar, abrir o registrar documentos, y toda clase de comunicaciones y arrestar a las personas en sus propias moradas o en lugares que no sean cárceles ni estén destinadas a la detención”. Para suavizar la inconstitucional medida, que de ser aplicada violaría derechos fundamentales, se propone que no se extienda más allá de cinco días, un periodo extenso si consideramos que el o la afectada quedará fuera de toda protección judicial.
Quedan pocos días para que acudamos a las urnas a emitir nuestro sufragio.
Antes de ejercer ese derecho ciudadano, lea, analice, comente, infórmese.