El municipio de Natales le comunicó a diversas entidades deportivas barriales que no recibirán los pagos por el uso de canchas municipales si estos provienen de auspicios o colaboraciones de las empresas salmoneras o vinculadas al sector.
La medida ha dejado a más de 600 de niños y familias sin la posibilidad de acceder a canchas y recintos que son municipales y por lo tanto de toda la ciudadanía, según informan fuentes políticas y del deporte en Natales consultadas.
En la práctica, las empresas salmonicultoras emitían un cheque con el cual se pagaba en las oficinas del municipio el uso de las canchas de los clubes. Este dinero formaba parte del auspicio al club o agrupación correspondiente. Nada que no hagan otras empresas de sectores como el turismo o el comercio.
Esta instrucción que emana directamente de la alcaldesa Antonieta Oyarzo, afecta de lleno a los padres y madres que alientan a sus hijos e hijas a que practiquen deportes como el fútbol. Demás está decir que el balónpie requiere de espacios amplios para desarrollar sus entrenamientos.
“Dejaron de recibir los cheques en el municipio porque venían de una empresa salmonera que nos colaboraba pagándonos las horas de uso de las canchas municipales”, señaló a Zona Zero una vecina, parte de la directiva que representa a una importante agrupación de un barrio de Puerto Natales.
Esta agrupación reúne a 50 deportistas menores de edad, es decir que abarca a unas 50 familias. “En total somos como 100 ó 150 vecinos que estamos pendientes del deporte en los chicos”, continuó la dirigente. “Ahora no podemos pagar la cancha porque nos rechazan el dinero, y de nuestro bolsillo ya pagamos el entrenador, los equipos, árbitros y otras cosas más”, señaló visiblemente afectada.
La cifra global de pequeños deportitas afectados supera los 600 casos, según diversas fuentes locales dedicadas a la actividad.
Este medio confirmó con empresarios locales de todo el espectro la insólita medida. El municipio no solo rechaza los cheques sino que incluso, en las oficinas correspondiente, han tratado de mal modo a los empleados de las empresas que acudieron a pagar el servicio en persona, denunciaron.
Aunque el eslogan de la administración actual asegura que la gente de Natales es, en efecto, la “Alcadía Ciudadana”, su rechazo a estos auspicios, que están dentro de la ley y en toda regla, demuestran que en la práctica hay una “Ciudadanía” de primera y una de segunda. Nunca mejor graficado el dicho: “acá su dinero no vale”.
Es hora de reflexionar si el fanatismo o la obsesión de la Alcaldía Ciudadana no está dejando afuera a una parte sustantiva de la comunidad.
Hace unas semanas se formó la Asociación Gremial de Prestadores de Servicios a la Industria Acuícola de Última Esperanza AG (Apsia AG) que representa a unas 30 empresas y abarca a más de 1000 trabajadores de Natales.
A ellos se les suman los más de 3000 empleados que de modo directo trabajan en la salmonicultura. Se podría incluir en esta lista a los pescadores artesanales y sus familias que ya están brindando servicios al sector para complementar su actividad tradicional.
Con esta medida la Alcaldía Ciudadana está dejando de lado no sólo a los clubes deportivos de niños y niñas, también a sus padres y madres que de un modo u otro se relacionan con el sector pesquero y de servicios.
Mal que le pese a la actual administración, no todo es turismo.