El dentista me cita con más frecuencia para reducir un tratamiento de diez sesiones a cinco.: “Uno no sabe cuándo pueden cambiar las cosas”
Tiene su consulta en Plaza Italia además de trabajar en un CESFAM.
Tal como éste profesional teme que el recreo parcial de la agitación y la demanda, culmine al mismo paso que avanza la vacunación nacional, piensa la mayoría. Porque hasta quienes protestan temen al virus.
Las señales son claras y pareciera un mito del eterno retorno citando al rumano Mircea Eliade: volveremos a un panorama similar a 1964.
Cuando la derecha aprenda que la candidatura de Joaquín Lavín no toma vuelo, en forma paulatina El Mercurio y los medios afines comenzarán a potencializar en encuestas y artimañas el “peligro” Jadue.
Y más pensando en las postrimerías de la campaña de la primera vuelta de noviembre, volcarán su apoyo a Yasna Provoste. La misma campaña del terror de 1964.
Nunca tan abajo como Julio Durán, pero si se lo proponen pueden desinflar el neumático de la UDI con un solo pinchazo.
Al contrario de Radomiro Tomic en 1970, la figura de Yasna Provoste cae bien en un corte transversal, pese a los adjetivos peyorativos de la plutocracia chilena.
Y por tal motivo no está expuesta a recibir los filos de la cerbatana que irán dirigidos a Jadue.
Dejad que crezcan las flores fueron palabras de Mao Tse Tung antes de cortarlas de tallo. Permitid que las encuestas dimensionen al alcalde de Recoleta, que tampoco juega a ser simpático.
Es curioso, pero Lavín parecía como triunfador potencial, semejante al candidato que enfrentó en segunda vuelta a Ricardo Lagos en 1999 y que en la primera, dejo con un cuasi infarto al PS-PPD.
No hay mucho que escribir, sino que expresar que la candidatura de la ex Ministro de Educación, salvo un hecho imprevisible, es la carta de en la medida de lo posible.
Un naipe al cual estamos acostumbrados los chilenos.
Pero también conscientes de ni, Jadue, Lavin o Provoste contarán con los elementos para pacificar al país.