La primavera del 2019 los jóvenes despertaron a este país, algún día la historia hablará de ellos.
Primero hay que dejar en claro que sin el estallido social, no existiría el plebiscito del 25 de octubre, eso significa que tampoco una nueva Constitución.
Todo comenzó como una queja por el alza en el precio del pasaje del Metro, pero se convirtió en un clamor popular contra un modelo socioeconómico que cada vez era más duro con los ciudadanos.
Este lunes se cumplen 2 años desde que estallara la crisis social más grave desde el retorno a la democracia en Chile, que se saldó con históricas manifestaciones desarrolladas en Santiago y en otras ciudades del país, además de episodios donde hubo represión, saqueos e incendios, y una treintena de muertos y miles de heridos.
¿Qué sucedió en Puerto Natales en el contexto del estallido social?
Desde el día después del inicio del estallido social fueron los jóvenes los que comenzaron a escribir la historia en las calles de Puerto Natales.
Ellos convocaron las primeras movilizaciones. La plaza de armas de la ciudad se convirtió en un sitio que fue tomado por la cultura.
Hasta allí llegaban los más diversos grupos musicales que fueron convocados por una nueva banda de Rock que se llamaba Retrov, ellos acarreaban sus equipos, los conectaban y los compartían con los demás músicos.
El ambiente que había en esa plaza era mágico, todos compartían algo con la gente, había cuenta cuentos, títeres, parvularias que cuidaban a los niños, pintores que realizaban un mural, trueque, intercambio de libros.
Mientras desde los parlantes surgía la música, se llevaban adelante las asambleas, y veíamos todo ese paisaje y sentíamos que nos invitaba a creer en un nuevo mundo, en uno más diverso, más justo.
En las noches desde esa misma plaza se salía a marchar por las calles de Natales (marchas que también eran convocadas por jóvenes).
La lógica que imperaba es la de que “Sólo el pueblo ayuda al pueblo”, todo se autogestionaba.
El punto de reunión para el pueblo fue esa plaza que durante varios días se convirtió en un símbolo que ayudó a sumar más gente al movimiento social.
También es necesario recordar el enorme rol protagónico que asumieron las mujeres en este estallido popular.
Durante esas jornadas hubo una energía extraña en el aire, recuperamos la esperanza, eso se sentía.