Como en ocasiones anteriores, hacemos un breve alto en la redacción de la quinta parte de la secuencia que escribimos sobre la educación pública en Magallanes para referirnos a un tema de actualidad, al momento de expectación periodística causado en la Copa Chile por el partido de fútbol que disputarán en la provincia de Última Esperanza el campeón regional de Magallanes, Bories de Puerto Natales y el club Deportes Puerto Montt. Es una situación particular y extraordinaria, que en una competición deportiva oficial, enfrenta a un club amateur con otro profesional, en lo que la prensa ha descrito como “el encuentro televisado más austral de la historia”, algo que inevitablemente, nos invita y nos retrotrae para comentar lo acontecido en una época de cierto esplendor en la antigua provincia austral.
Sin lugar a dudas, lo del Bories reviste una explicación mayor, por cuanto se trata del segundo más antiguo equipo de fútbol de Magallanes con existencia ininterrumpida, vigente actualmente. Fundado el 1 de septiembre de 1912 por obreros y administrativos del famoso frigorífico del mismo nombre, cuenta en su palmarés con tres títulos de campeón regional y varios de carácter provincial obtenidos antes de 1990 cuando ANFA decidió institucionalizar los torneos regionales de clubes.
Sin embargo, necesitamos replantearnos algunas ideas. A menudo omitimos el detalle que el Bories representa a una provincia de la región más austral del mundo, la que al mismo tiempo, es la región más extensa y alejada del territorio nacional; una región que en pleno siglo veintiuno carece de conexión terrestre con el resto del país. Si ya es muy difícil para equipos chilenos de otras zonas de Chile venir a Magallanes a jugar sus encuentros, lo es más aún, para los equipos locales salir de la Patagonia. Los presupuestos para viajar fuera de la región siempre son limitados, por no decir escuálidos o casi nulos. Muy pocas veces los cuadros regionales consiguen clasificar a competencias de este tipo. Es el gran mérito del Bories. Es ahí cuando las expectativas de la gente comienzan a superar a las posibilidades reales de un mero compromiso deportivo.
Debemos considerar además, otros factores, como es la historia misma del Bories. Nacido en los albores de Puerto Natales cuando la hoy ciudad capital del turismo en Magallanes apenas la constituían unas cuantas casas, esta institución deportiva, social y cultural tiene un fuerte raigambre obrero, una condición que se manifiesta al igual que su tradicional adversario, el Esmeralda. Ambos clubes fueron constituidos por elementos que profesaban los ideales del anarco sindicalismo, como miembros efectivos de la Federación Obrera de Magallanes (FOM). En el caso de Puerto Natales aquella filiación redundó en la creación del poderoso Sindicato de Campo, Frigoríficos y Oficios Varios de Última Esperanza que llegó a cobijar a más de 2.500 trabajadores, una organización que se mantuvo al margen de los principios de legalidad hasta que la Reforma Agraria impulsada por el gobierno de Eduardo Frei Montalva (1967) terminó por desarticular al conglomerado.
Más de allá del lado romántico de esta historia, hay varias preguntas que flotan en el aire y que requieren respuestas urgentemente. ¿Qué pasará si el Bories continúa avanzando en la Copa Chile? ¿Tenemos en Magallanes la infraestructura adecuada para recibir a delegaciones numerosas y cotejar grandes encuentros de fútbol? O ¿Tienen los equipos de fútbol magallánicos los suficientes recursos para viajar al norte del país? La contestación a cada una de estas preguntas es predecible. Es muy probable que el Bories no sólo no pueda seguir jugando en Puerto Natales, sino que, probablemente tenga que buscar localía en otra región, porque ningún estadio de Magallanes cumple con los requisitos mínimos en cuanto a aforo y condiciones de seguridad. Por último, ninguna institución deportiva, ningún equipo de fútbol en la Patagonia posee el patrimonio económico para disputar una competencia anual con el estricto calendario de partidos que programa semanalmente la ANFP.
Hoy más que nunca se echa de menos la famosa Ley N°16.708 llamada también ley Lorca, en reconocimiento al diputado que promocionó este cuerpo legal, Alfredo Lorca Valencia (1912-1989). El 11 de noviembre de 1967 se promulgó dicha disposición jurídica que en lo medular, establecía la rebaja a la mitad de los pasajes aéreos. En su artículo 1° señalaba: “Los gastos de transporte aéreo ida y vuelta entre las ciudades de Santiago y Punta Arenas, o viceversa, por Línea Aérea Nacional, de los conjuntos artísticos, deportivos y estudiantiles que determine la comisión a que se refiere el artículo 5°, tendrá un valor que fluctuará entre el 10 y el 50 % de las tarifas respectivas de dicha empresa”.
Inicialmente, el proyecto demandaba un alza en los pasajes de un 2% para crear un fondo que permitiría financiar a corto plazo el valor de 50 pasajes aéreos mensuales mínimos entre Santiago y Punta Arenas, ida y vuelta.
Lorca justificó su postura ante los parlamentarios de las distintas bancadas políticas que no comprendían, cómo un diputado por una provincia de la zona central del país, (era congresal en representación del 2° distrito metropolitano de Talagante) defendiera con tanto denuedo una medida que favorecía a la provincia más austral de Chile.
Esencialmente, el diputado planteaba formar una comisión compuesta por el intendente de la provincia, un encargado de LAN Chile, un supervisor del ministerio de educación, un representante de la cultura y otro del ámbito deportivo, para administrar, distribuir y controlar pasajes liberados y así poder trasladar a Magallanes a personalidades destacadas, conferencistas, conjuntos teatrales y corales; delegaciones escolares, deportivas y culturales.
Esta ley se aplicó con gran éxito entre 1968 y 1975. Bien vale la pena intentar su revisión.