Propuesta de inmobiliaria se basa en ofrecer extensiones de tierra de alto valor ecológico, teniendo como sello la sustentabilidad y su compatibilidad con beneficios económicos.
Ante una creciente demanda y necesidad de extranjeros por adquirir terrenos en la Patagonia chilena, con fines de preservación, la inmobiliaria Activo Austral planea abrir su primera oficina en Estados Unidos durante el segundo semestre de este año.
La internacionalización de la empresa, que asegura basa su negocio en un «modelo inmobiliario sustentable», surgió por la inquietud de dar respuesta al interés de extranjeros, quienes por exigencias legales existentes en Chile, se les dificulta el proceso de compra, explican desde la firma.
«Básicamente, lo que hicimos fue crear una fórmula que permita a través de una oficina internacional vender los proyectos de Activo Austral a todo el mundo, considerando que más del 20% de las ventas de la empresa en 2021, provinieron de ciudadanos europeos y norteamericanos», comenta Felipe Escalona, fundador y gerente general de la inmobiliaria.
Activo Austral, que partió en el año 2017, ha ejecutado 11 proyectos a la fecha; seis en proceso de venta, con una extensión de 5 mil hectáreas vendidas y conservadas. Hoy cuentan con más de mil hectáreas disponibles, facturando US$10 millones en 2021, mientras que la proyección para este año apunta a elevar las ventas en un 50%.
Escalona explica que la propuesta de Activo Austral se basa en ofrecer extensiones de tierra de alto valor ecológico, mediante la educación y sensibilización, teniendo como sello la sustentabilidad y su compatibilidad con beneficios económicos.
«La manera que encontramos para resguardar y hacer efectivo este compromiso con nuestros clientes, es mediante la figura del Derecho Real de Conservación (DRC), bajo la Ley N° 20930; esta tiene una duración dependiendo del proyecto de entre cinco y veinte años, renovables, que impide alterar el ecosistema existente del terreno que se adquiere y por sobre todo impide subdividir en predios pequeños como parcelas de agrado», precisa Escalona.
En la práctica, el nuevo dueño se compromete a no talar bosques protegidos, modificar cauces de agua o alterar el entorno de su terreno.
Agrega que el modelo que operan es el de la intervención consciente, «cuya finalidad es educar sobre la importancia de la naturaleza y convivencia sustentable de los humanos con ella’.
Sobre el perfil de quienes han llegado a ellos, sostiene que podrían definirse como conservacionistas e inversionistas. «Los primeros, adquieren estos terrenos motivados por un fin altruista de preservación del ecosistema allí existente, mientras que los segundos, llegan motivados por la plusvalía creciente de dichas extensiones de terreno, a modo de inversión para el futuro», comenta.
Según el gerente general, «nuestros proyectos desde el inicio de la empresa han tenido una rentabilidad del 20% promedio anual, lo que es sin lugar a duda una muy buena inversión a mediano y largo plazo».