Por Claudio Andrade
Teri Horton, una anciana mal arreada, camionera y amante de la cerveza, compró en 1990 “una horrible” pintura en una tienda de cosas viejas.
Pensó que podía regalársela a una amiga y que ella la usaría como mesa para jugar a los dados. Resultó que algunos comenzaron a sospechar que esa maraña de líneas cruzadas, como disparadas por un cañón, era un Pollock. Uno auténtico.
Y que podría valer más de ¡100 millones de dólares!.
¿El problema?: Pollock no había puesto su firma al pie de la obra.
Horton desestimó incluso una oferta de 9 millones de dólares por parte de un comprador de Arabia Saudita. Después de todo un Pollock es un Pollock y el artista no siempre firmaba sus trabajos.
El caso fue llevado al documental bajo un nombre que remite a la primera expresión de Horton cuando le dijeron lo que probablemente tenía entre las manos: “¿Quién carajo es Jackson Pollock?” (“Who the #$&% Is Jackson Pollock?”)
El filme de 2006 dirigido por Harry Moses – guionista de “Hechizo de luna” y “Canción triste de Hill Street”- refleja no sólo el tortuoso camino que debió seguir la antigua camionera (dejó la profesión en 1987 y desde entonces vive en una casa rodante), ahora devenida en especialista de Jackson Pollock, para autentificar el cuadro sino las mentiras y las hipocresías que rodean a la crítica de arte contemporánea.
Al fin nos enteramos de que un laboratorio encontró en el cuadro al menos dos huellas digitales de Pollock. Pero la polémica continúa al día de hoy. ¿Vendió el cuadro? No.
Es de suponer que la obra se ha transformado en uno de los sentidos de su vida y que se aferrará a ella sin importar cuanto le ofrezcan.
“Antes de que se aprovechen de mí, yo lo quemo, al hijo de p…”, dijo sobre una posible venta.
Dirigida y protagonizada por el excelente, el gran Ed Harris (“Una historia violenta”, “Las horas”, “Una mente maravillosa”, ¡“La Roca”!), “Pollock”, retrata vida y obra de uno de los más brillantes pintores abstractos norteamericanos.
Una existencia torturada, marcada por las carencias afectivas, el alcohol y la genialidad. Pollock aparece como un hombre que no es capaz de procesar su pasado ni de mantener a raya sus intensas emociones.
Su dolor sólo encuentra una puerta de salida, a veces un escape parcial, en su obra. Enorme actuación de Harris para una película nada pretenciosa.
Con Marcia Gay Harden que se llevó el Oscar a Mejor Actriz de Reparto (2000) por su interpretación de Lee Krasner, destacada pintora también y pareja de Pollock.