«Encerrados» Día 21: Roberto Bolaño nos enseña a vivir en «La universidad desconocida»

26 de mayo de 2021

Por Claudio Andrade

Acabo de terminar de leer “La universidad desconocida” (Anagrama) de Roberto Bolaño, un libro de poesía publicado después de su muerte y que no se parece demasiado a un libro de poesía tradicional.

De hecho, tiene más de vertiginoso diario de vida que de libro con pretensiones literarias. Y esta justamente tal vez sea esta una de las claves de la poesía de Bolaño, su falta de pretensiones, su ausencia de preciosismos baratos, de adjetivos que conllevan la dudosa misión de adornar (más aun) los adjetivos.

Juegos líricos, delicatessen de la escritura que podrían obviarse.

Bolaño elaboró su libro con la levedad de quien deja caer una frase sobre un papel arrugado que llevaba en el bolsillo. Como un trazo certero, luminoso y despojado que no quería perder para siempre en los rincones caprichosos de la memoria (y ahora el rimbombante soy yo).

Como una ocasión de decirse así mismo algo que no podía resultar desaprovechado. Alimento para futuros inviernos. Armas secretas.

Y así lo hace, así lo escribe:

“En la sala de lecturas del infierno En el club de aficionados a la ciencia ficción En los patios escarchados En los dormitorios de tránsito En los caminos de hielo Cuando ya todo parece más claro Y cada instante es mejor y menos importante Con un cigarrillo en la boca y con miedo A veces los ojos verdes Y 26 años Un servidor”.

del libro «La universidad desconocida», Bolaño

No es una frase más destinada a integrar el mural de afirmaciones pomposas: todos llevamos un poeta dentro. Sólo que cada poeta posee su propia partitura y sus propios ritmo y melodía.

Al menos en mi caso, me gusta, me conmueve la idea de una poesía sin otras búsquedas que las que conducen al territorio de la honestidad. Ahí donde las palabras dicen lo que quieren decir. Donde se expresa el amor o el deseo, el miedo o la soledad, entre sumatorias cotidianas y recordatorios subrayados en hojitas amarillas. Ahí donde la vida pasa y pasa en estado puro.

En otro de sus poemas escribe Bolaño:

“Todos los comercios estaban cerrados y además sólo tenía 50 pesetas Tres tomates y un huevo Eso fue todo softly as in a morning sunrise Coltrane en vivo Y comí bien Cigarrillos y té hubo a mi alcance. Y paciencia en el compás del atardecer”.

DEL LIBRO «LA UNIVERSIDAD DEsconocida», BOLAÑO
Roberto Bolaño en “La belleza de pensar”. Una entrevista de Cristián Warnken.
Escrito por: Claudio Andrade @CatClaudio