Hace algunas horas culminó de manera impecable la segunda vuelta electoral, así ha sido reconocido una vez más por los diversos actores tanto políticos como del mundo social y académico, porque la verdad sea dicha, pese a los esfuerzos infructuosos de determinados personajes de querer en cada elección una “duda” sobre posibles fraudes, hasta el momento ha quedado demostrado que tenemos un confiable sistema que administra el Servicio Electoral chileno y que dista muchos de otros ejemplos en países vecinos. Un hecho no menor si recordamos que Trump dijo que si el no ganaba o los resultados no estaban a tal hora iba haber fraude y por otro lado aun no conocemos de manera formal y oficial una sola cedula de votación publicada por el consejo electoral venezolano que ha señalado que ganó Maduro. Por ende, cuando decimos que la democracia se debe cuidar fortaleciendo la institucionalidad, es cuando por ejemplo debemos reconocer el funcionamiento de nuestro sistema electoral. Pilar de cualquier país que se dice democrático.
Dicho lo anterior tanto ganadores como perdedores en sus respectivos discursos, no escatimaron sinónimos ni argumentos para hablarnos una vez más de la “esperanza”. Pero ¿Que entendemos por esperanza?
Existe coincidencia tanto desde la semántica y en particular en la política que es donde tanto se usa dicho concepto que “Esperanza es el estado de ánimo en el cual se cree que aquello que uno desea o pretende es posible. Ya sea a partir de un sustento lógico o en base a la fe, quien tiene esperanza considera que puede conseguir algo o alcanzar un determinado logro.”
Bajo esa premisa, creo que las los ciudadanos hemos cumplido de manera permanente con parte de nuestro deber cívico, al participar de manera obligada y masiva en los procesos electorales, incluso aquellos que también debieron cumplir con excusarse por no emitir su voto, o aquellos que tras su voto nulo o blanco también entregan una definición.
Esta participación o “fiesta de la democracia” (como tanto le gusta a nuestra clase política definir cada elección), ya culminó. Ahora ya se definieron a los ganadores a los gobernantes en las regiones y en las comunas, entonces nuestra esperanza ahora es que estos gobernantes que son quienes toman la decisión hagan la pega para la cual lograron una mayoría que los tiene instalados en sus lugares de poder y decisión.
La pega no es la polémica con el adversario, la pega no es salir en la tele o en encontrar la mejor cuña por un espacio en los tradicionales medios escritos… eso les sirve para alimentar sus egos y para sus archivos de prensa personales…
La pega para la que han sido electos es como en palabras del propio presidente Gabriel Boric, es atender y dar solución a las demandas y necesidades del pueblo… ese pueblo que puede votar por la derecha, por la izquierda por el centro o incluso blanco…. Todos son pueblo y para sus problemas y necesidades su opción política ya la hizo presente cuando cumplió con votar, ahora los ganadores deben comprender que su nuevo rol es ser la autoridad llamada a resolver.
En parte de su discurso en cadena nacional del día domingo por la noche, el Presidente Boric dijo “La ciudadanía y los votantes, hoy, han apoyado liderazgos que son capaces de ofrecer respuestas concretas a sus problemas fundadas en la experiencia y en el trabajo en terreno. Las y los votantes tomaron una elección importante el día de hoy. Ganó la unidad, ganaron los acuerdos, ganó el diálogo como forma de hacer avanzar las regiones y perdió la política de la agresividad, de la polarización y de los discursos de odio.”
Pues bien, como ganó la unidad, es esa misma unidad que Chile reclama a sus políticos, es ahora cuando hay que ponerla en práctica más allá de sus propias fronteras ideológicas y trincheras políticas.
Gabriel Boric también le dijo al país que “Los chilenos demandan, y con justa razón, una política que dé resultados concretos a sus preocupaciones y necesidades, que mejore concretamente su calidad de vida. Es fundamental seguir mejorando el acceso a la salud pública, trabajar más intensamente por reducir las listas de espera, cumplir con el Plan de Emergencia Habitacional, afianzar y potenciar el Sistema Nacional de Cuidados para todas las mujeres cuidadoras a lo largo de nuestra patria, asegurar una educación de calidad para todos los niños, niñas y adolescentes del país, crear ciudades más justas y menos segregadas, y llegar a un acuerdo para mejorar, ahora, las pensiones de las personas jubiladas.”
Una vez más el mismo diagnostico que ya lo tiene desde hace hartos años, creo que las y los ciudadanos ya dimos nuevamente el ejemplo de participar, eso mismo que les llena de orgullo y alegría a los políticos, es lo que debe llamarles la atención para que se apliquen y se pongan de acuerdo en atender y resolver problemas…
Son el Presidente junto a su gabinete, los parlamentarios, gobernadores, consejeros regionales, alcaldes y concejales los que están llamados a trabajar en conjunto, más allá de sus legítimas diferencias y recojan el llamado del jefe de Estado para poner en el centro de las acciones al pueblo de Chile porque “a ellos nos debemos y por ellos debemos trabajar.”
Más claro imposible.