En la última encuesta del Centro de Estudios Públicos (CEP), de hace algunas semanas , una de las temáticas que se abordaron fue la simpatía o identificación ciudadana con los partidos políticos, contexto en el que Evópoli marcó un 0%. Una información relevante en términos políticos y que muchos han intentado pasar por alto. No es menor que una tienda política tenga cero vinculación ciudadana según el centro de estudios, y más complejo aún, que bajo ese contexto haya candidaturas que pretendan pelear seriamente puestos de relevancia en diversos territorios.
Sebastián Rivera, académico e investigador de la Escuela de Gobierno y Administración Pública de la Universidad Mayor, señala en el medio digital nacional El Desconcierto que “evidentemente si uno lo piensa en términos absolutos, es una mala noticia que nadie se identifique con el partido y, probablemente, es un motivo de mucha preocupación para los liderazgos y los militantes”.
La interpretación que se puede hacer de este paupérrimo porcentaje del partido que es parte de Chile Vamos es que como toda encuesta tiene un cierto margen de error asociado, pero así y todo los números son seriamente preocupantes y arrojan una señal clara sobre lo que sabe u opina la ciudadanía respecto de Evópoli. E incluso hay otros partidos políticos que siguen siendo incapaces de generar adhesión en la ciudadanía con dos o tres puntos sobre los cero de la tienda de derecha. Lo increíble es que los partidos siguen funcionando a pesar de eso, y es más, logran colocar candidaturas que pretenden convencer de que tienen posibilidades reales.
Para Rivera, lo que sucede es que «en general los partidos chilenos no logran generar mucha identificación, entonces si uno quisiera mantener esa analogía de la enfermedad, quizás están todos enfermos, lo que pasa que hay algunos que están mucho más enfermos que otros. El nivel de identificación partidaria es importante, porque hace que la gente se movilice por un partido no sólo al momento de ir a votar por los candidatos de esos partidos, sino también al momento de hacer campaña, donar, entregar parte de su tiempo y energía al esfuerzo del partido».
El medio digital también cita a Nerea Palma, académica de Bachillerato en Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad Diego Portales (UDP), asegura que Evópoli “efectivamente es el partido más pequeño de Chile Vamos. No lo digo necesariamente por la CEP, sino también por la representación legislativa, que es la manera clásica de tomarle el peso a un partido (…), en este caso es claramente inferior a Renovación Nacional y la UDI en términos de representación legislativa y, por lo tanto, de los tres el más pequeñito”.
Dicho esto, agrega que “tanto Demócratas, Amarillos y Evópoli son partidos que no tienen fundamentalmente raigambre en la sociedad ,o muy poca en comparación con otros partidos”, de hecho, “dicho sea de paso, Chile vive una crisis de representación donde virtualmente nadie se identifica con ningún partido, las bases partidarias son muy débiles, pero en ese contexto incluso, los partidos que nombré tienen una muy, muy, muy baja raigambre a nivel societal, pero sí son muy importantes a nivel de élite política”, advierte.
Por último, El Desconcierto hace referencia a lo dicho por Rocío Zepeda, cientista política, magíster en Seguridad y Defensa, doctora en Ciencias Políticas y docente de la Escuela de gobierno y administración pública de la Universidad Mayor: «Es un partido de centro derecha que tenía por objetivo separarse un poco de la derecha tradicional, marcando una diferenciación por medio de políticas, o la adopción de políticas y el apoyo a políticas más liberales, el problema es que esa diferenciación que ellos buscaban hacer con la derecha tradicional, no se ha logrado en la práctica».
Finalmente, las conclusiones no son muy felices para Evópoli según los académicos entrevistados, que apuntan a que este tipo de tiendas políticas son partidos que van perdiendo relevancia. Entidades con cortes ideológicos, con muchas tensiones internas, y con poco enfrentamiento con la misma facción que decidieron integrar.
Un escenario que parecía muy distinto hace tan solo un par de años, cuando aparecía una facción de derecha más moderada y moderna, pero que fue involucionando según la propia percepción de la ciudadanía, que no siente prácticamente ningún vínculo con ellos.