El 6 de febrero de 1868 se produjo la llegada al territorio del capitán de fragata Óscar Viel Toro para asumir la Gobernación de Magallanes, luego del breve período de Damián Riobó al mando de la colonia, que estuvo marcado por la constante pugna entre la primera autoridad y los jefes militares a cargo de la guarnición del poblado.
A diferencia de su antecesor, Óscar Viel era un hombre progresista que vino a Magallanes mandatado por el presidente de la República José Joaquín Pérez Mascayano, con el propósito de impulsar una serie de reformas económicas y político administrativas que hicieran posible la transformación gradual de la antigua colonia penal en un territorio de colonización.
En concordancia con este objetivo, el nuevo gobernador comenzó a aplicar la ley de Puerto Libre menor que permitió el intercambio comercial en la aldea, el libre flujo de capitales y de mercaderías por el estrecho de Magallanes, lo que estimuló la inmigración nacional, pero, muy especialmente, la extranjera a la Patagonia luego que se iniciara la explotación de la industria ganadera entre fines de 1876 y principios de 1877 y se conociera la existencia de grandes reservas de oro en Tierra del Fuego en 1881.
Al gobernador Viel se le debe la reformulación completa del perímetro central de Punta Arenas que hoy se reconoce como casco histórico. En previsión a una posible llegada en masa de inmigrantes con sus familias, creó el primer Plano Regulador de la ciudad, lo que implicaba establecer una subdivisión de sitios urbanos y rurales con la parcelación de los terrenos más alejados del centro, en hijuelas.
A Óscar Viel le debemos también, la fundación el 2 de mayo de 1868 de la primera escuela con servicios ininterrumpidos durante un siglo en el austro. Al mismo tiempo, creó el cargo de preceptor, si bien, de acuerdo con los informes emitidos por distintas personalidades de la época señalan, que, en sus primeros años la pequeña escuela seguía atendida por los capellanes de la orden franciscana que se hallaban en Magallanes: Miguel Aros y Antonio Vargas. Poco sabemos de este crucial momento de la instrucción pública en nuestro territorio. Robustiano Vera en la página 182 de su famoso libro “La colonia de Magallanes i Tierra del Fuego” (1897) nos advierte de las sanciones impuestas por Viel en el pueblo, ante la reticencia de los padres de enviar a sus hijos a clases:
“Convencido el Gobernador de la ineficacia de las continuas amonestaciones sobre el particular, tomó la medida de privar de la ración a aquella familia que percibiéndola gratuitamente no enviase sus hijos a la escuela”.
Por el propio Robustiano Vera y también, por la documentación que nos entrega Lautaro Navarro podemos formarnos una idea general del estado de la educación en ese momento histórico. En la página 297 del capítulo “Instrucción Primaria”, Navarro Avaria asegura que, mucha información referente a distintos ámbitos de la colonia, se quemó, en el incendio que afectó al edificio de la Gobernación, el 30 de noviembre de 1887. En cuanto a las escuelas públicas señala: “No hemos encontrado datos sobre la matrícula de alumnos durante los años transcurridos de 1854 a 1875, i de 1878 a 1883”.
A su vez, tanto Robustiano Vera como el propio Lautaro Navarro se expresan positivamente de las tentativas efectuadas por el gobernador Diego Dublé Almeida para elevar el nivel de la educación en Punta Arenas. En la página 192 de su mencionada obra, Vera nos remite algunos antecedentes de gran significación, cuando el nuevo mandamás asume los destinos de Magallanes, el 8 de octubre de 1874:
“Encontró cerrada la escuela por haberse fugado el preceptor que la servía, llevándose gran parte de los útiles i libros que se le habían confiado, principalmente los que pertenecían a la Biblioteca que había principiado a formar su antecesor el señor Viel”.
Más adelante, nos brinda varios detalles esclarecedores que nos ayudan a comprender el incipiente panorama escolar en el territorio, que se extendió por las siguientes dos décadas, hasta que se materializó la reforma llevada a cabo por la Comisión de Alcaldes, bajo el liderazgo del gobernador Carlos Bories.
“El 28 de Febrero de 1875, se inauguró la escuela en Punta Arenas, arreglando dos salas en la casa que antes funcionaba, con un buen mobiliario hecho por los carpinteros de la Colonia. En el interior hizo construir dos grandes salas, una para los niños i otra para las niñas, colocando en cada una de éstas secciones un aparato jimnástico”.
Por su parte, Lautaro Navarro nos comparte otras consideraciones imprescindibles a tener en cuenta, en un período tan poco estudiado de la educación en Magallanes:
“En 1886 había en Punta Arenas dos escuelas de instrucción primaria, de hombres i de niñas respectivamente, instaladas en locales que si bien no eran adecuados en absoluto a su fin, no obstante podían aceptarse”.
Navarro nos demuestra también, que uno de los principales problemas que tuvo la instrucción pública fue la carencia de maestros especializados, normalistas, para ejercer la enseñanza, por cuanto los gobiernos de Santiago discriminaban a Magallanes por ser un territorio de colonización, y no tener el rango de provincia. Por tal motivo, los maestros que se destinaban para servir en Punta Arenas, lo hacían en condiciones especiales, apenas percibían una renta anual de $960 pesos, una cifra irrisoria para las necesidades de la creciente población, a lo que se agregaba la condición, que el Estado asignaba para estos casos, un profesor por escuela.
Lautaro Navarro nos explica que para 1890, el gobernador Samuel Valdivieso obtuvo la donación de un particular, de un sitio de 42 metros de frente por 25 metros de fondo para que la escuela de hombres funcionara en calle Atacama (Bories) frente a la antigua oficina del telégrafo (sitio que después ocuparon Casa Hindú y Radio Polar). La escuela de niñas estaba en calle Valdivia.