Un tipo bueno, y un gran radiocontrolador. Parte de la historia de la radio magallánica y también por haber registrado buena parte del Festival Folklórico en la Patagonia. Justamente mientras se desarrolla el evento musical, ha muerto José Aladino Cárcamo Barría, hijo de Misael Cárcamo y de Guillermina Barría, nació el 17 de julio de 1942, en Misquihué, sector de la comuna de Maullín en la Región de Los Lagos.
Según una entrevista que se le hizo en La Prensa Austral hace un tiempo, al año de nacer la familia compuesta por el matrimonio y cinco hermanos se trasladaron a Punta Arenas. Lamentablemente y por razones privadas, se produjo la separación de la pareja. Al concurrir al tribunal el juez le consultó a cada uno de los hermanos con quién se quería quedar, y mientras los otros niños eligieron a la madre, Aladino eligió a su padre, que trabajaba en la estancia Punta Delgada. Con el fin de poder realizar sus labores tuvo que dejar al niño al cuidado de familiares. Su mamá y el resto de los menores se trasladaron a la Argentina radicándose en la ciudad de Río Grande. Aladino Cárcamo, niño, vivió en Avenida España Nº1080, en casa de Alfonso “Cocho” Cárcamo, cuya familia se había trasladado de Porvenir a Punta Arenas.
“Quería estudiar mecánica en el Don Bosco, pero por casualidad llegué a la radio, cuando “Cocho” Cárcamo, que ya estaba trabajando en Radio Polar, me dijo que me llevaría para que me desempeñara como mozo en la emisora. Yo tenía como 12 años. Mi primera obligación era concurrir muy temprano para encender unos calentadores a leña, para que cuando llegara a dar las noticias el periodista Jorge Babarovic, el locutorio estuviera bien temperado. Realmente yo le ponía demasiado combustible y el calor era tan insoportable que don Jorge me reclamaba y me decía que se sofocaba con tanta calefacción. El vivía en calle Latorre y yo lo visitaba y a su señora María Velich, que también trabajaba en la Radio Polar, eran personas muy gentiles”. “En la emisora comencé a recibir los mensajes para el campo, pero me gustaba ir a mirar el trabajo de los controles radiales. Al comprobar mi interés, “Cocho” me dijo: -Mira nomás. Algún día vas a aprender. Mi maestro fue Eliecer Alvarado”.
Extracto de una entrevista que le hicieron en el suplemento En el Sofá de El Magallanes