Cada vez es más frecuente en los veranos de Tierra del Fuego encontrar paisajes de la estepa transformados en verdaderas alfombras de alfalfa y otros pastos. Cerca de 500 hectáreas, salpicadas con manchas verdes, son hoy el testimonio de una práctica ganadera cada vez más común y sustentable: la siembra de praderas.
El cultivo de alfalfa, trébol y otros pastos no solo asegura el alimento para los animales durante los meses más fríos, sino que también contribuye a la sostenibilidad y productividad de las tierras.
Mario Vera es uno de los ganaderos pioneros que transformó su estepa dura y pedregosa en auténticas alfombras verdes repletas de alfalfa, trébol y pasto ovillo. Su experiencia de más de 15 años sembrando y cosechando forraje le permite enfrentar con éxito las inclemencias del clima y asegurar la alimentación de sus ovejas durante el invierno. “Costó al inicio, porque se requiere maquinaria y estar atento a todo el proceso, pero con el tiempo y el apoyo de INDAP hemos podido adquirir lo necesario”, explicó orgulloso de su logro.
Con 30 hectáreas de alfalfa y tres de avena, la cosecha de este año fue buena a pesar de la sequía y algunas heladas. «Coseché más de dos mil fardos, cada uno entre 25 y 30 kilos. También dejé una siembra que doy directamente a los animales. Esto me asegura forraje para todo el invierno», explicó Vera, quien maneja 1.250 ovinos y lleva tres lustros en esta práctica. «Hay momentos buenos y malos, pero siempre es importante sembrar porque así tienes tu forraje asegurado, independiente que te pueda faltar. Tener pasto es fundamental», afirmó. Mario también genera a veces excedentes de forraje para vender.
Aun así, el ganadero usuario de INDAP aseguró que es hoy necesario el aporte de suplementos para los animales, especialmente cuando el invierno se adelantó con temperaturas bajo cero y mucha nieve en los meses de mayo y junio. «Estamos dando la pelea, produciendo, vendiendo un poco y cosechando para el invierno difícil. Mis ovejas están en buena condición y espero poder proporcionarles el suplemento necesario para mantenerlas. Por eso, voy a postular a los fondos del gobierno regional», añadió. Sus campos están ubicados a 25 kilómetros de Porvenir.
Nataly Gallardo, una pequeña ganadera de la isla, comenta con orgullo cómo las lluvias estivales favorecieron la buena cosecha de alfalfa y avena en la cosecha de este año. «Gracias a estos campos tenemos alimentos para los animales en invierno. Todo lo que es pradera, siembra y establecimiento de praderas nos ha salvado la vida. Desde 2014 destino entre tres y cinco hectáreas a la siembra, y el apoyo de INDAP ha sido crucial. Sin sus aportes, no podríamos seguir existiendo», precisó.
«Este año no recibí el SIRSD-S, aunque mi proyecto fue aprobado, no obtuve financiamiento. Hay años en que uno tiene suerte y otros no. Esta vez no me tocó, pero lo entiendo; los recursos nunca son suficientes», añadió.
Nataly maneja cerca de 750 ovinos y 50 bovinos. Las labores para preparar la tierra y el suelo las realiza ella misma entre los meses de abril y mayo, para sembrar en septiembre y cosechar en febrero. Entre las especies forrajeras que produce destacan la avena, las mezclas de pastos, el trébol blanco, el pasto ovillo y la festuca.
En general, los ganaderos de INDAP saben que cada suelo es específico y requiere un estudio de fertilidad y estructura para decidir qué arado usar y cuál es el sector más conveniente para sembrar. Para recuperar las praderas degradadas y hacerlas más productivas, hasta el año pasado INDAP contaba con recursos disponibles a través del Sistema de Incentivos para la Sustentabilidad Agroambiental de los Suelos Agropecuarios (SIRSD-S). Se espera que este año el SIGESS reemplace al antiguo SIRSD, cuya ley caducó en 2022. Este nuevo sistema ha sido formulado de manera participativa, y hoy está en etapa de la construcción del reglamento de ley, la que contará con la retroalimentación de expertos y usuarios del sistema anterior (ver recuadro).
Fernando Carvajal, ejecutivo de INDAP en Porvenir, Tierra del Fuego, destaca que hoy 14 ganaderos usuarios tienen siembras establecidas. «El invierno recién comienza, y lo aconsejable es no confiarse. Este año se cosecharon cerca de 263 hectáreas solo de alfalfa», aseguró.
En promedio, cada ovino necesita cerca de una hectárea para alimentarse. Con una población ovina de alrededor de dos millones, las praderas se han ido degradando, por lo que es imprescindible adoptar técnicas y manejos que ayuden a revertir esta situación, considerando que el pastoreo extensivo lleva más de cien años de historia.
Gabriel Zegers, director regional de INDAP, valoró el progreso en Tierra del Fuego. “Hay avances prometedores y buenos ejemplos de pequeños ganaderos que logran satisfacer las demandas del mercado, haciendo un uso más racional e intensivo de sus praderas.”
Asimismo, indicó que “las medidas tomadas por el Ministerio de Agricultura, aportando asesoría y financiamiento, han dado resultados. En parcelas pequeñas, como las de nuestros usuarios, hemos logrado aumentar la productividad. Hoy, en menos terreno, es posible producir más corderos y de mejor calidad en carne y lana”, precisó.
En el caso de la ganadería mayor, es importante considerar las formas de pastoreo y el reposo que se les da a los campos sembrados. Es fundamental mejorar las praderas con riego y fertilizantes, pero siempre respondiendo a una planificación adecuada. No se trata de invertir por invertir, sino de realizar mejoras que respondan al potencial productivo de cada campo. El pastoreo sobre praderas regeneradas de alfalfa debe ser racional, respetando los periodos de reposo para mantener el vigor de las plantas.
Finalmente, Zegers señaló que el gobierno del presidente Gabriel Boric busca darle una mayor atención a la pequeña agricultura, enfocándose en nuevas tecnologías, mejor aprovechamiento del agua y capacitación.