Manuel Rodríguez Uribe dedica cerca de cien páginas del tomo II, denominado “Los fundadores”, para narrar los pormenores históricos de la Federación Obrera de Magallanes (FOM) principalmente, el período comprendido desde los sucesos de Puerto Bories el 23 de enero de 1919 hasta los días que siguieron en Punta Arenas al incendio del local de la FOM, hecho de sangre perpetrado el 27 de julio de 1920.
El 29 de octubre del año 20 los obreros efectuaron un mitin público con el objetivo de crear en el territorio una filial de la Federación Obrera de Chile (FOCH) de tendencia comunista. Pese al duro golpe recibido, los trabajadores sobrevivieron con sus organizaciones, entre estos, el gremio de la Gente de Campo, el de los ovejeros, los mineros, los carreros, en su sede ubicada en calle Boliviana 240; los choferes, los pintores, el Gremio de Mayordomos, Cocineros y Anexos; el Gremio de la Gente de Mar y Playa con su sede en calle Balmaceda esquina Chilena (Señoret), donde se reunían además, los integrantes de la Sociedad de Empleados de Comercio; la Unión de Carpinteros y Anexos, en su local de calle Peruana (Arauco) 1536, donde también sesionaban, la Gente de Campo, los Mayordomos, Cocineros y Anexos.
Ejemplo de contrato de trabajo celebrado entre los administradores de la Estancia Laguna Blanca y un obrero.
A fines de noviembre de 1920 quedó conformada la Junta Provincial en Magallanes de la FOCH con Víctor Chauque como secretario general; Prístino Santibáñez, sub secretario; Juan Ulloa, tesorero; Castor Pérez, pro tesorero; Elizardo Soto, bibliotecario; Francisco Sánchez, Luis Villegas, Ismael Lara, Herminio Leal, Olegario Astudillo y Gerardo Santos, como vocales.
La sobrevivencia y rearticulación del movimiento obrero coincidió con una etapa que el autor circunscribe entre 1921 y 1973, dividida a su vez, en tres períodos muy distintos: “Los Derrotados” (1920-1938), que incluye la década del 20 en que surgen nuevos dirigentes obreros y los años 30 marcados por la crisis y la depresión económica en Magallanes. “Los Reconstructores”, que abarca el período de los gobiernos radicales 1938-52, primero con la formación de la Confederación de Trabajadores de Chile (CTCH), los difíciles años 40s, la división permanente en el mundo del trabajo y el comienzo de la década del 50, con las dificultades para conseguir la unidad, hasta que, finalmente, se produce un cuarto período de desarrollo y protagonismo de los trabajadores y sus organizaciones, donde se intensifican las demandas y los conflictos sociales, esencialmente durante los gobiernos de Jorge Alessandri Rodríguez (1958-64) y Eduardo Frei Montalva (1964-1970) y de confrontación generalizada, en los mil días de la Unidad Popular (1970-1973), durante el gobierno de Salvador Allende.
Vista de la Estancia San Gregorio en plena actividad productiva.
El período que Manuel Rodríguez etiqueta como “Los Derrotados” (1920-1938) se caracterizó por la fuerte represión a los obreros y sus agrupaciones tanto en Magallanes como en la Patagonia Argentina. Sin embargo, también es una época de fuertes contrastes, por cuanto la región es una pujante zona ganadera que comprendía un total de 70 estancias en 4 millones de hectáreas, y una cantidad de animales que alcanzaba a los 4 millones de ovejas, 40 mil vacunos y 30 mil caballares.
La actividad ganadera se concentraba en los grandes consorcios, Sociedad Explotadora de Tierra del Fuego, Sociedad Ganadera Laguna Blanca, Sociedad Menéndez Behety, Sociedad Sara Braun, Sociedad Gente Grande y Sociedad José Montes. Había cinco frigoríficos en Puerto Sara, Río Seco, Puerto Bories, Puerto Natales y Punta Arenas, que faenaban anualmente un millón de lanares, productos (lanas, carnes, menudencias, cueros) exportados en su mayor parte a Inglaterra, Argentina y Estados Unidos.
En esta época despuntaba además, una actividad industrial incipiente: criaderos de aves, cervecerías, compañías de alumbrado eléctrico, una compañía telefónica, dos fábricas de cigarrillos, tres talleres de fundición y otras. En medio de esto, luego del llamado Ruido de Sables, en que oficiales del Ejército protestaron en el Congreso Nacional (3-IX-1924) por los bajos salarios que percibían, los parlamentarios aprobaron un paquete de medidas, que implicó, la aparición de una nueva legislación social en Chile.
Reunión sindicalben el Frigorífico Bories.
Las normas aprobadas fueron, la ley N°4.053 sobre contratos de trabajo; ley N°4.054 sobre Seguro Obrero; ley N°4.055 sobre Accidentes del Trabajo; ley N°4.056 sobre Tribunales de Conciliación y Arbitraje; ley N°4.057 sobre Organización Sindical; ley N°4.058 sobre Sociedades Cooperativas y ley N°4.059 sobre la creación de la Caja de Empleados Particulares.
Las antiguas agrupaciones comenzaron a reorganizarse en sindicatos. Para fines de 1926 existían el Sindicato de Metalúrgicos, el de los Trabajadores del Campo; el de Campo, Frigoríficos y Oficios Varios de Puerto Natales; el de Gente de Mar y Playa, el Profesional de Obreros de la Madera; el de Electricistas, el de Profesores de Magallanes (fundado en 1922); el Profesional de Zapateros y la Unión Sindical de Panificadores; la Sindical Obrera de Magallanes, la Unión de Carpinteros de Punta Arenas y la Sociedad de Empleados de Comercio.
Directorio de la Unión de Carpinteros, década del 30.
En el primer gobierno de Carlos Ibáñez del Campo (1927-1931) se constituyeron legalmente la mayoría de los sindicatos: el Profesional de la Industria Ganadera y Frigorífica (1-V-1927), el Industrial de la Compañía de Electricidad (30-IX-1927 con 30 socios), el Profesional de Obreros de Madera (16-X-1927), el Profesional de Zapateros y Anexos (28-X-1927, con 56 socios), el Profesional de Gente de Mar y Playa (1-V-1928, con más de 600 socios), Profesional de Panaderos, (1-V-1928, con 40 socios), Profesional de Metalúrgicos (3-I-1929, con 30 socios) y el Industrial de la Mina Loreto (20-I-1929 con 50 socios).