En 2019 la periodista Deborah Solomon de “The New York Times” entrevistó a Hugh Hefner, creador de la revista y del imperio Playboy. Falleció de tanto vivir en 2017, pero el controvertido personaje sigue en pie.
-En 1953, usted fundó la revista “Playboy” en Chicago e inventó la noción del “hombre americano sexualmente triunfante”. Sin embargo, “Hugh Hefner: Playboy, activista y rebelde”, un documental de Brigitte Berman que se estrenará en Nueva York el 30 de julio, lo representa menos como un proveedor de pornosoft que como el noble campeón de los derechos de la Primera Enmienda. ¿Es así como usted realmente se ve?
-Creo que lo importante es que jugué algún rol en el cambio de nuestros valores sociales y sexuales, y estoy muy orgulloso de eso. Cuando estaba en la universidad, los jóvenes de clase media no podían vivir juntos sin estar casados.
-En la película, que lo encuentra a usted vestido con su pijama de seda y rodeado por adorables rubias en la Mansión Playboy de Los Angeles, continúa promoviendo los placeres de la soltería. Pero muchos de sus primeros lectores ya están inmersos en la vida familiar que ofrece probablemente mayores oportunidades de ser feliz.
-No creo que exista una única respuesta. Hay más de un camino a la Meca. He estado casado dos veces, y no fueron los momentos más felices de mi vida. Parte del problema, con toda franqueza, es que cuando uno se casa, el romance desaparece. Llegan los hijos y el amor es transferido. No debería ser así, pero con demasiada frecuencia es transferido a ellos.
-En esta vida hay otras cosas a parte de ser adorado. Con el matrimonio vienen otros premios.
-Por desgracia, vienen de otras mujeres.
-¿Qué piensa de los hombres emocionalmente cortos que han sido representados en las películas de Judd Apatow (“Virgen a los 40”, “Ligeramente embarazada”), y que parecen preferir la mutua compañía antes que la de las mujeres? ¿Es una novedad?
-No. En la década del 50 la idea era encontrar a la chica adecuada, casarse, mudarse a los suburbios y luego salir con los chicos mientras ella se quedaba en casa cuidando a los bebés. Sentía que eran unos tristes tipos.
-La circulación de Playboy, que llegó en los años 70 a los 7 millones de ejemplares, se ha reducido a 1,5 millones. ¿Hay posibilidades de hacer dinero con la revista?
-Ciertamente, en el caso de Playboy el dinero llega a través de otros negocios. Al principio, era la revista la que llevaba la marca, ahora es la marca la que lleva a la revista.
-¿A qué negocios se refiere, además del reality show “The Girls Next Door”, que se emite desde su mansión?
-Tenemos productos que vendemos a todo el mundo, como la ropa. Somos una de las marcas preferidas por los hombres de buen vestir en China, donde la revista no está permitida.
-El ideal “Playboy” de belleza femenina se ha convertido en cosa del pasado. Las modelos contemporáneas no cumplen con el estereotipo de mujer voluptuosa.
-Es evidente que las mujeres son hoy más altas, más sanas, más atléticas de lo que lo eran antes. Es perceptible el adelgazamiento, pero no creo que haya habido un gran cambio en términos de percepción de la belleza femenina.
-Ahora lucen más andrógenas, más chatas.
-Me lo pregunto en serio ¿Cuando reapareció el concepto del “pecho plano” que pertenece a 1920?
-¿Se refiere a las “flappers”?
-Esa fue la última vez que los senos pequeños estuvieron de moda.
-¿Qué me dice de Twiggy en los 60?
-Obviamente pasamos por un período donde las modelos reflejaron el fenómeno Twiggy, pero no tenía mucho que ver con lo que realmente era atractivo para el sexo opuesto.
-¿Toma mucho Viagra?
-No tomo mucho, pero doy por sentado que la tomaré si el momento lo requiere.
-¿Con qué frecuencia lo requiere?
-Hago el amor un par de veces por semana, y uso Viagra cuando voy a hacer el amor. Yo diría que ayuda a los 84 años. Es un pequeño ayudante de Dios.
-No le paga Viagra por decir eso ¿verdad?
-No, es publicidad gratuita.
-¿Qué planes tiene para el futuro?
-Más de lo mismo.