Roque Tomás Scarpa era un político avezado cuando asumió el cargo de Intendente de la región de Magallanes, el 11 de marzo de 1990.
Había jugado un papel determinante en la articulación de los distintos partidos y movimientos que conformaron la naciente Concertación de partidos por la democracia desde febrero de 1988 y sobretodo, para el plebiscito del 5 de octubre de ese año, que terminó por sellar la suerte del general Pinochet y su deseo de perpetuarse en el gobierno por otros ocho años.
Scarpa inició su administración buscando un consenso permanente. Uno de los primeros momentos delicados que tuvo que afrontar ocurrió el 9 de mayo de 1990, cuando el río de Las Minas se desbordó causando estragos en el casco histórico de la ciudad y en el tradicional barrio yugoslavo. Por lo menos, cinco mil personas resultaron damnificadas. La tragedia motivó la venida al austro del Presidente de la República, Patricio Aylwin, que aprovechó para reunirse por primera vez con autoridades militares. La administración Scarpa reaccionó con celeridad, resolviendo los problemas más apremiantes. Recordemos que de este incidente nació la popular Villa Lorca, inaugurada oficialmente un año después.
Una dificultad impensada para Scarpa fue protagonizada por el último intendente que tuvo Pinochet en la región, el general Alejandro González Samohod, preludio de las conflictivas relaciones que se avecinaban para el gobierno. El domingo 8 de julio de 1990, el dominical “El Magallanes”, reprodujo una entrevista a un alto oficial del Ejército que firmaba como N.N. El uniformado aseguró que se percibía una sensación de hostigamiento en las filas. El ministro de Defensa Patricio Rojas pidió explicaciones al general Pinochet quien envió a la zona al jefe del Estado Mayor y ex Director de la CNI, Hugo Salas Wenzel, logrando que González confesara que conocía la entrevista. Pinochet reaccionó llamándolo a retiro. El episodio fue interpretado como un triunfo político de la administración Scarpa, porque además, quedó la sensación que nadie más que el propio general Alejandro González Samohod era el oficial que había dado la citada entrevista.
El gobierno regional se anotó otro punto a su favor al conseguir en julio de 1991 la extensión a Tierra del Fuego de los beneficios de la ley Nº 18.392 conocida como ley Navarino. Recordemos que ese cuerpo legal fue concebido en la Intendencia de Juan Guillermo Toro Dávila y sancionado en el mandato de Luis Danús Covian, en enero de 1985.
Con el propósito de superar distintos resabios de la dictadura, la administración Scarpa debió preparar varias mejoras al sistema político. Una de ellas fue la puesta en marcha de la nueva ley de municipalidades. Fue una tarea en extremo difícil, porque la oposición reunida en el Congreso Nacional dilató la posibilidad que se lograra un acuerdo sobre un tema esencial: que los futuros alcaldes fueran elegidos por votación popular. Superado este inconveniente se celebraron en la región, en la última semana de junio de 1992 las primeras elecciones edilicias después de un paréntesis de diecinueve años.
Un tópico poco analizado durante la Intendencia de Roque Tomás Scarpa fue lo tocante a las relaciones bilaterales entre Chile y Argentina, las que alcanzaron un nivel de cordialidad y apertura como no se veían desde antes del conflicto de límites 1977-1978. Magallanes fue una de las regiones, por su carácter estratégico, elegidas por los presidentes de Chile y Argentina –Aylwin y Menem- para sellar una serie de acuerdos económicos y de intercambio cultural, como quedó de manifiesto en la reunión sostenida entre ambos mandatarios en el campamento de Posesión, el 27 de abril de 1993.
La región debió lamentar además, la pérdida de uno de sus parlamentarios. El antiguo dirigente gremial vinculado a las actividades del transporte Milenko Vilicic, falleció en Santiago, el 4 de julio de 1993. Esta pérdida que afectó de manera singular al ala derechista del partido demócrata cristiano (Vilicic era recordado por su anticomunismo y por su férrea oposición al gobierno de la Unidad Popular) no empañaron los festejos a nivel gubernamental en Punta Arenas, por la visita del presidente de Portugal Mario Soares, en lo que se interpretó como un acto de justicia histórica; reconocer el significado de la gesta del gran navegante portugués, Fernando de Magalhaes y de paso, cimentar la idea que Chile fue descubierto desde el estrecho de Magallanes en 1520 y no por el valle de Copiapó en 1536, como argumentan la mayoría de los historiadores nacionales.
El 11 de diciembre de 1993 se realizaron nuevos comicios presidenciales y parlamentarios. Resultó elegido como primer mandatario, con una amplia mayoría, el ingeniero hidráulico Eduardo Frei Ruiz Tagle, militante de la Concertación y de la Democracia Cristiana. Magallanes renovó a sus representantes a la Cámara de Diputados con Pedro Muñoz Aburto del Partido Socialista y el independiente de derecha Vicente Karelovic Vrandecic.
A fines de ese año 1993, se creaba para la región el Fondo de Desarrollo de Magallanes (Fondema). Todo parecía marchar sobre rieles para la Concertación. Sin embargo, el nuevo gobierno regional, constituido a contar de marzo de 1994, afrontaría muchas sorpresas e imprevistos.