Se trata de una de los símbolos más antiguos de nuestra ciudad y, aunque una gran cantidad de habitantes ignora o confunde su historia, el origen de esta cruz recuerda a un grave hecho de sangre acaecido en la segunda mitad del siglo XIX.
Para empezar, la aldea de Punta Arenas quedó parcialmente destruida después del Motín de los Artilleros, ocurrido en la noche del 12 de noviembre de 1877. Las pérdidas humanas y materiales retrasaron una vez más el progreso del territorio. Al medio centenar de muertos que dejó la sublevación, se agregó a nueve fusilados, condenados por su responsabilidad en los hechos y al término de la misión religiosa “San Miguel Arcángel” dirigida por la congregación franciscana desde Chiloé, con el alejamiento del último capellán que tuvo esa orden en la colonia, el fraile polaco Mateo Matulski.
El servicio religioso quedó virtualmente interrumpido en Magallanes, hasta que el obispo de Ancud, el mercedario Francisco de Paula Solar Mery recomendó al antiguo hermano, para aquel entonces, secularizado de la congregación de la Merced, José Isidoro Izquierdo, para que se hiciera cargo de la capellanía de Punta Arenas, adonde llegó el 21 de febrero de 1879.
El nuevo vice párroco realizó varias actividades entre la población, tendiente a recuperar la confianza del mundo católico, que no terminaba de lamentar la ausencia de su favorito, el cura Matulski.
En el verano de 1881, el capellán Izquierdo recibió en Punta Arenas al presbítero doctor Rafael Eyzaguirre venido especialmente desde Santiago a realizar una santa misión entre los feligreses sobrevivientes de los aciagos días del motín. Izquierdo escribía periódicamente a sus superiores en Ancud, resaltando el éxito de las misiones protestantes con grupos de indígenas en Tierra del Fuego y abogaba para que se establecieran iglesias católicas en bahía Gente Grande y también en el continente destinada a evangelizar a la etnia aonikenk en los puntos que ellos denominaban “lomas inmediatas a las cordilleras”.
Eyzaguirre predicó con tanto fervor entre el 26 al 31 de enero de 1881, que, al finalizar el retiro, acompañado de Isidoro Izquierdo y de buena parte del pueblo, colocó una cruz en el Cerro de las Siembras, como símbolo de la redención.
Rafael Eyzaguirre cobró importancia nuevamente unos años más tarde cuando ya establecidos los salesianos en el territorio, fue el gran mediador entre el presidente José Manuel Balmaceda y monseñor José Fagnano para que sacerdotes de esa congregación lograran la concesión de la isla Dawson. Por aquel entonces, Eyzaguirre, rector del seminario de Santiago, enviaba dineros y remesas a los curas que realizaban las misiones entre los indígenas en Tierra del Fuego. Por esta razón, Fagnano denominó “San Rafael” a las misiones que se efectuaban con los selk’nam en isla Dawson.
No está muy claro porqué el 3 de diciembre de 1896 algunos individuos botaron la cruz de madera cerro abajo. Al parecer, en esos años se vivía intensamente la polémica suscitada luego de que, en el invierno del año anterior, el gobernador Manuel Señoret enfrascado en una violenta disputa con los salesianos que ejercían la misión en Dawson, ordenó traer a Punta Arenas, a 165 indígenas selk’nam con sus familias en el remolcador Huemul de la Armada de Chile.
Como es sabido, la opinión pública y la ciudadanía se dividió entre el apoyo dispensado a los salesianos, principalmente entre la grey conservadora y católica de Punta Arenas y el mundo laico que respaldaba a Señoret. La discusión se trasladó incluso a Santiago donde los principales diarios de la capital, e incluso, los poderes del Estado tomaron partido en uno y otro bando.
Una nueva cruz fue repuesta por el ahora cura párroco Maggiorino Borgatello. El periódico “El Magallanes” describió aquel momento con el titular “Falta de respeto”, y luego, de expresar el repudio unánime hacia quienes destruyeron este ícono de Punta Arenas, manifestó:
“La cruz ha sido nuevamente levantada por el párroco de Punta Arenas siendo de madera y sobre un zócalo de cal y ladrillo. Con este motivo en la tarde del 1° de Enero se trasladó al sitio de la cruz el cura párroco acompañado de algunos fieles para proceder a la nueva erección de este sencillo, pero antiguo monumento de Punta Arenas”.
La colocación de la cruz original evidencia otros aspectos históricos que nos parece necesario aclarar. Primero, el Cerro de la Cruz recibió la denominación que le conocemos a fines de enero de 1881 cuando el cura Rafael Eyzaguirre puso aquella señalética en sus inmediaciones. La afirmación anterior, revelaría, además, que el Cerro de la Cruz es, sin lugar a dudas, el más antiguo de Punta Arenas, porque, como sabemos, al momento de producirse el motín de los Artilleros en noviembre de 1877, muchos pobladores arrancaron hacia lo que el historiador Armando Braun Menéndez llamaba el “Cerro de las Siembras”.