Al momento de evaluar al actual gobierno de Sebastián Piñera , creo sin temor a equivocarme saldría reprobado , no por una si no por muchas asignaturas, con las cuales demagógicamente convenció a la gente de que tenía las recetas para enfrentar todos los problemas que se pudieran presentar. Es más buscaba junto a sus asesores recién asumido , cuál sería el sello con el cual pasaría a la historia. Entre las asignaturas con mayor nivel de desaprobación sin duda es la seguridad pública y según sus propias palabras esta estaba llamada a ser su estrella con más brillo en su gestión . Siempre la derecha en el mundo, siente que es aquí donde debe establecer su impronta y es donde por lo general quedan al debe.
La Seguridad pública, es uno de los temas que más preocupa a la gente, indistintamente del lugar en que este vive , pues tiene implicancias en todas las actividades que desarrollan las personas en sus comunidades. Si algo le afecta a su tranquilidad buscará rápidamente resarcir la situación que le afecta y si no lo consigue con claridad meridiana determinará las responsabilidades con celeridad. Así vemos que las personas tienen opinión inmediata en lo relativo a la seguridad y con carácter urgente exigirá siempre una salida , como si fueran propios los problemas generados indistintamente la distancia que tenga con los hechos . Siente que si no se arreglan estos problemas , generan inseguridad en poco tiempo , pudiendo vivir en lo particular iguales situaciones . De ahí que cuando en los informativos de televisión dan cuenta de hechos ocurridos en otros lugares del país , mirara rápidamente su entorno, por si puede ocurrir algo similar y lo más importante si estos ocurrieran , quiere saber cómo los enfrentaría . Incluso hay personas que más allá de las distancias toman medidas por si acaso.
Por eso es preocupante cuando por intereses particulares sean estos políticos o económicos se manipula la información y se plantean tantas soluciones como problemas generados. Esto lo vimos cuando salió elegido Piñera por segunda vez, su bandera de lucha y por la cual atrajo respaldo electoral , fue la seguridad pública . Prometió el oro y el moro y ahora cuando su mandato termina vemos que poco y nada hizo . Es más , muchos de los temas en lugar de resolverlos se profundizaron a niveles que hace que la nuevas autoridades lo establezcan como una prioridad y con suma urgencia .
Sin duda que la pandemia ayudó a morigerar las cifras de la inseguridad ciudadana , los confinamientos , el toque de queda y la supuesta mayor vigilancia ayudaron a que la gente sintiera que algo había de positivo en el ámbito de la seguridad.
Pero nada se hizo , todo respondió a la inercia propia del momento que se vivía .
La inseguridad está presente en la gente en todas sus formas y expresiones . Las salidas comunicacionales han sido solo eso comunicacionales y con los mismos recursos disponibles. Nada nuevo bajo el sol y el Presidente Piñera se va reprobado en esta materia . Es más reitero , la derecha hoy habla menos de seguridad pública a como lo hacía cuando no gobernaba y que era con creces su tema prioritario. En algunos momentos parecía que llegaba solo a poner orden. Pero cuando hoy se pone la raya para la suma , encontramos nada más que estertores, en un escenario cada vez más preocupante.
Los tiempos cambian y es bueno que ello ocurra. Hace un par de meses leí como el presidente de Francia Emmanuel Macron ante la creciente inseguridad ciudadana en su territorio y la falta de confianza generada en las instituciones públicas y especialmente en las policiales que tienen como labor primordial resguardar a los ciudadanos, planteó de inmediato una serie de reformas que rápidamente lograron el respaldo político democrático necesario . Se planteó que era primordial contar con más recursos y presupuestos, pero para ser ocupados en la calle, terminar con gastos innecesarios como vehículos dispuestos para los mandos, personal asignados a las jefaturas , menos burocracia , incluso cambiar el uniforme y todo lo que ello conlleva , especialmente en una confianza profundamente debilitada en la ciudadanía .
En los planes para reformar y modernizar la policía , sabía desde antes el presidente Macron que no siempre resultan fáciles , pero requieren decisión , como por ejemplo se planteó crear una instancia de control parlamentario de las fuerzas del orden, así como contar con una policía de la policía , que dé cuenta de hechos anómalos en su interior, además de mejorar la formación de los nuevos efectivos y capacitar permanentemente a los ya funcionarios policiales. También se manifestó frente a la necesidad de preparar mejor a los agentes para afrontar los retos tecnológicos, lo que supone una criminalidad cada vez más desplegada en el campo digital. Ante todo esta reforma planteada, busca que sea una institución de conductas irreprochables y que cuando haya faltas, deberán ser sancionadas con el rigor que la ley determina. Hay que observar y seguir caminos como el planteado , los ejemplos, los buenos ejemplos siempre sirven.
Los tiempos mejores en seguridad pública , fueron eso , una promesa incumplida que adquiere mayor notoriedad en la seguridad de las personas , que es donde se hizo patente la deficiencia del gobierno con cuatro ministros de Interior , algunos de los cuales no alcanzaron a permanecer un año en el cargo , con este escenario difícilmente se puede plantear una política a largo plazo, en una materia tan sensible y que presenta situaciones que son vistas con preocupación , sobre todo cuando no se resuelven a tiempo .