El dejar a alguien sin pagarle su sueldo, el dinero que le corresponde por ley, por esfuerzo, por acuerdo, por contrato, por dignidad, por responsabilidad, se hace poco entendible.
Más inentendible se hace cuando lo sabes con antelación. Cuando sabes muchos meses antes que no podrás cumplir como corresponde. Es en ese momento cuando, si fueras responsable, organizarías soluciones, planes A, B, C, D, etc… tendrías reuniones, sumarías fuerzas e ideas, pondrías toda tu voluntad para no dejar de cumplir.
Pero si ante todo esto, con tal antelación, con meses e incluso años de avisos y proyecciones, sencillamente primó tu ideología, tu manera de ver al Estado, tu forma de entender tu propio cargo, tu indolencia hacia familias que dependen económicamente de esta perdida voluntad, y tu desconexión con quienes educan y cuidan a los hijos de padres y madres de esta ciudad, lo cierto es que llega a ser sospechoso.
Nadie podría ser tan indolente. Colocando por delante la estrategia política, la planificación electoral futura, alineando a las vocerías más peligrosas y buenas para mentir. Pidiendo que se graben videos y se viralicen, donde ex autoridades deliran con una especie de «golpe» para sacar al alcalde de su puesto, y creando realidades irrisorias donde pareciera que el autor se siente cómodo, alimentándose de sus propios sueños y locuras. No es raro en todo caso.
Es cierto que el sistema educacional municipal ha tenido problemas y serios inconvenientes en su historia, y en las administraciones anteriores (Morano, Mimica, Boccazzi) su fue creando un hoyo económico complejo de subsanar. Ninguno tuvo la capacidad, y seguramente tampoco la responsabilidad. Pero Claudio Radonich no lo ha hecho mejor. En ningún caso. La verdad es que las gestiones de todos han sido paupérrimas. Algunas más, otras menos. Pero cuando uno revisa otras municipalidades, otras corporaciones, donde faltan cupos para matrículas, cuando las familias esperan ansiosas poder ser parte del sistema, obviamente la respuesta se convierte en una sola: Gestión.
Radonich ha tenido una gestión paupérrima en este ámbito y en otros igual. Esas habilidades blandas que maneja a la perfección con diversos medios de comunicación, cuando va a programas en vivo, pero también cuando negocia con los dueños, no las hace extensivas para con dirigentes, gremios, voceros, y un sinnúmero de personas que no han sido recibidas por años por el actual alcalde.
Una especie de sectarismo a la hora de afrontar problemas. E incluso, de separar en grados de importancia los inconvenientes (algunos graves) dependiendo de la cercanía, la creencia, el partido político, o los respectivos apoyos. Una indolencia que cuesta descubrir, y que tal vez se apoya en cuestiones que le dicen algunas personas en la calle o en las poblaciones que recorre. O en las reuniones más íntimas con sus más cercanos.
O simplemente, porque está todo bien pensado y planificado. Porque es conveniente dejar quebrada la corporación antes de renunciar en octubre próximo para encaminar sus pasos hacia la candidatura de gobernador regional, donde quiere enfrentarse con Jorge Flies. Conveniente para decir después que la nueva figura que asuma el municipio tampoco pudo, o sencillamente que a la nueva administración la bomba le explote en la cara. Bien pensado.
Quizás, todo está meditado desde mucho antes, para echarle la culpa al Gobierno de no querer entregar recursos. Aumentar ese conveniente escenario de responsabilizar a otros de tus propias culpas e irresponsabilidades. Cómo afrontar la administración de una región, cuando no se fue capaz de afrontar las responsabilidades propias de cualquier empleador, y de no tener la capacidad ni la gestión para controlar administrativamente a la Cormupa, y la propia municipalidad.
¿Cómo querer estar a cargo de una región si no me junto con todos, si mis prioridades son más importantes, y si simplemente me hago el ciego con lo que no quiero ver. O no me conviene observar?
Conveniente también, es decir que los fondos no llegan, o alguien no los quiere hacer llegar, si en realidad las acciones administrativas que han hecho desde su equipo dejan demasiado que desear.
Y peor aún, es que nos hayamos dado cuenta que podrían haber pagado los sueldos hace más de una semana, e incluso desde el principio del conflicto, a través de una nueva modificación presupuestaria, transfiriendo dineros desde la municipalidad a la Cormupa. Cuestión que avisaron la semana pasada y que se hará realidad este lunes.
Pero no, prefirieron estirar el chicle, que el elástico se rompa, estrujar a los sin sueldo a más no poder, generar protestas y tensión, y seguir culpando al resto. Pocas veces antes visto.
Por lo mismo, no es raro preguntarse… ¿Todo esto estaba planificado?
Que cada uno saque sus propias conclusiones.