Hay más de una elemento inquietante en el documental “Los 14 ochomiles”, estrenado hace unos días en Netflix.
Desde ya el hecho de que alguien pretenda escalar los 14 techos del planeta en apenas 7 meses parece el itinerario de un loco. Algo de eso hay, pero menos de lo que podría imaginarse uno.
El film se origina en el proyecto de Nirmal Purja, un escalador nepalés, de escalar las 14 montañas más altas del mundo en 7 meses. Hasta que se le ocurrió la idea, Purja, no era nadie en el ambiente montañés. Aunque es importante aclarar que este nepalés, como muchos otros nepaleses que forman parte de las travesías por el Himalaya, tampoco disfrutaba de las mieles de la fama. No importa cuanto hagan por lograr los objetivos de los otros permanecen injustamente en el anonimato.
Purja un día anunció que haría lo que nadie había realizado en ese tiempo récord. Reinhold Messner (Tirol, 1944), las alcanzó en 16 años; y Jerzy Kukuczka (Polonia, 1948 – 1989), en menos de 8 años.
Al principio Purja se enfrentó con la cruda realidad de que casi nadie estaba dispuesto a financiar su travesía. Pero no desistió, se endeudó y contrató a un grupo de amigos, todos ellos de Nepal, y fue detrás de su objetivo.
El documental se cuenta rápidamente, pero es emocionante y crudo. La desgarradora pasión por escalar las montañas más peligrosas que existen aparece en toda su dimensión. Y mientras Purja triunfa, una cumbre tras obra, detrás suyo van quedando las almas perdidas, los heridos y los muertos que no lograron sus propios sueños.
Purja fue militar y gurka, parte de la elite militar de Gran Bretaña. Su feroz entrenamiento lo había preparado para lograr lo imposible, no cabe duda. Por eso llamó a su proyecto “Proyecto Posible”.
Hermosas e imponentes imágenes, con Jimmy Chin en la producción, acaso el mejor fotógrafo de alta montaña de la actualidad.