Mientras escucho en Canal 13 esta frase dicha por Pamela Jiles a sus colegas del parlamento, veo la sección noticias de google, y de pronto aparece el nombre de Oriana Fallacci, una de las grandes periodistas del mundo, que hizo escuela modificando para siempre la relación entre el periodismo y el poder –siempre de frente, nunca al lado-. Pero además Fallaci, fue partisana, participó activamente en la guerrilla italiana que se opuso a la dictadura de Mussolini.
¿Pues será que Pamela Jiles es nuestra Fallaci criolla?. Coincidencias hay. Pamela Jiles se enlisto tempranamente en el Partido Comunista de Chile, y luego colaboró con la guerrilla del Frente Patriótico Manuel Rodríguez. O sea que nuestra Pamela Jiles tiene algo de la heroína italiana. Pero, cómo comprender el fenómeno que ella es, sin que caigamos en los lugares comunes que hoy se expresan y que se pueden reducir básicamente a un concepto; populismo.
¿Es Pamela Jiles populista?, y ¿en qué sentido lo es?. El populismo es una categoría conceptual problemática. No hay consenso respecto de su significado. Por ejemplo hace unos días la ex candidata Beatriz Sanchez comparó el populismo de la Jiles con el de Trump. Pero la verdad es que en cuanto a contenido, son posturas muy distantes. Algunos teóricos definen el populismo como una “ideología delgada”, es decir que no llega a ser una ideología tal, como el liberalismo, el socialismo o el fascismo, y sin embargo, usa de ellas. En esencia el populismo declara que existe un pueblo, una elite, y una voluntad general que es pasada a llevar u olvidada por la elite. Esa es la quinta esencia de su predicamento.
Claro, cuando uno escucha a la Jiles, calza bastante bien en la descripción. Pero si uno escucha a Boric también, y a la Provoste, y a guirardi, etc. Es decir que de algún modo, la gran mayoría de los políticos, “van hacia el pueblo”, para erigirse en sus defensores de la “maldad” de la elite.
Por tanto, así visto, acusar a Pamela Jiles de populista, es lo mismo ue el chancho en el barro le dice al otro chancho, “que embarrado estas”. Las formas de populismo son usadas en distinto grado por casi todos. Hay que recordar que en aras “del pueblo”, Michelle Bachelet incorporó en su programa el cambio de la constitución, acción que llevo a cabo casi al final de su mandato, casi sin ninguna convicción.
Hecha esta digresión y despejado la idea de populismo como una rareza de la Pamela Jiles, lo que verdaderamente cabe preguntarse, toda vez que la periodista acapara la atención y sube en las encuestas, ¿qué pasa si gana?, ¿podrá gobernar verdaderamente?. Al menos una parte de la pregunta esta contestada por la última encuesta CEP; es la política con mayor aprobación -54%- que ya se lo quisiera cualquier presidente de Latinoamérica. Entonces, me parece que en primer lugar, hay que empezar a pensar seriamente en un probable gobierno de Pamela Jiles seriamente. Los periodistas debieran empezar a explorar esta dimensión y dejar atrás las preguntas que hacia Amaro Gomez Pablos a la blonda rubia.
Sin embargo hay un pero que asomó repentinamente en la última entrevista que Pamela Jiles dio a un matinal. En un momento de la entrevista –con gran énfasis y sentido de verdad- declaró que verdaderamente la candidata de la oposición debiera ser Yasna Provoste por el modo correcto en que desde su presidencia del senado, llevo adelante el tema del tercer retiro. Lo que creo es que Jiles, si bien aparece como una súper mujer, también comprende la complejidad que significa gobernar. Hay una probabilidad que ella misma desista de seguir, claro. Probabilidad muy baja, porque cuando se está en el vehículo de la carrera presidencial es muy difícil bajarse.
Para finalizar una ultima reflexión. Marian Picón Salas, el gran escritor venezolano que vivió en chile, en un gran ensayo, “intuición de Chile”, afirmaba que en chile gobierna el grupo. Que quien luce su genio y busca destacarse, tiene se sentencia dictada. Menciona que José Joaquin Vallejo –el popular jotabeche- siendo parlamentario, alzo su voz en el hemiciclo y con total soltura dijo, “tengo talento y lo luzco”. En ese momento, afirma Picón Salas, firmo su sentencia de muerte como político una de las personas más lúcidas de Chile.
El chileno, para llegar se “apequena” –como el pato pequen- se hace chiquititito, da muchas vueltas y llega casi sin ser advertido, luego el grupo lo nombra. Así es y será Chile, dice el escritor venezolano. Veremos si en esta ocasión triunfa el que se destaca o el pequen de siempre.