Mónica Katz es una de las más respetadas médicas nutricionistas de la Argentina. En sus libros e intervenciones tiende a desacralizar el consumo de alimentos frente a las nuevas tribus que han tomado opciones radicales acerca de su dieta.
“La moda por comer sano lo único que logra es enfermar a la gente”, dijo en su última entrevista con el diario Clarín que reprodujo La República. También aprovechó a recomendar el salmón como parte de alimentación cotidiana y se despachó en contra de quienes rechazan el salmón de criadero como el que se produce con éxito en Magallanes. “Un disparate”, indicó.
Para Katz, quien se declara “vegetariana a tiempo parcial” y flexible, el equilibrio radica en no tocar los extremos o volverse un fanático de la presunta “alimentación sana”.
“Bueno, yo soy vegetariana a tiempo parcial. Soy flexible. Está buena la alimentación basada en las plantas, pero con permitidos. El pescado es indispensable, aunque ahora hay gente que demoniza al salmón ¡ahh, porque es de criadero! Un disparate. Insisto en que no hay que ser talibán en nada ni obsesionarse con los alimentos, como los que hacen la dieta Keto y dejan de comer harinas sin ser celíacos. Si tengo que defender a una tribu elijo a los vegetarianos”, señaló.
Respecto de las posturas alimenticias fanáticas señaló: “Son grupos contraculturales, que comparten un conjunto de comportamientos y creencias que los diferencia de la cultura dominante de la que forman parte. Usan la comida como recurso identitario, pero en realidad están enfermos: padecen ortorexia. Están obsesionados con comer todo orgánico o integral, por ejemplo. Y sufren graves problemas de interacción social: son capaces de llevar su vianda a restaurantes y fiestas. Esta patología los termina aislando. Hay que saber que todas las obsesiones son peligrosas para la salud. Las dietas veganas suelen conducir a la desnutrición. Y los crudistas ven el mundo en blanco y negro: crudo es bueno; cocido es malo”.