José Dagoberto Díaz Aguila (51) es un hombre cinematográficamente feo.
El 28 de septiembre de 2008 estuvo en los alrededores del camping John Goodal, a unos 60 kilómetros de Río Grande, de donde desapareció la pequeña de 3 años, Sofía Herrera.
Su figura se ha convertido en una leyenda urbana. Su aspecto tremebundo acaso le ganó el apodo de “Espanta la Virgen” puesto que incluso la Vírgen María se habría asustado de su mirada oscura y sus mejillas fantasmales.
Con toda seguridad, los investigadores ubican a Díaz Aguila, un jornalero de los campos de espíritu nómade, en aquel lugar clave. El punto desde el cual la nena se esfumó.
El hombre se lo confesó entrelíneas a un suboficial de la policía de Tierra del Fuego con el que mantuvo una conversación en 2015.
El testimonio del agente se perdió en el papelerío hasta que la Justicia lo recuperó del olvido en 2017. Lo que el juez Daniel Césari Hernández escuchó de labios del policía lo conmovió.
El otro dato irrefutable es el de Néstor, uno niño de entonces 6 años hoy convertido en un adulto joven, que vio a este “hombre feo” y al cual describió para un identikit. El dibujo resultante no podía ser otro que Díaz Aguila.
Césari Hernández no lo dudó. De inmediato solicitó a Interpol una alerta Roja. Van tres años el jornalero tiene pedido de captura internacional.
El policía relató que andando por una ruta en Tierra del Fuego levantó al sospechoso. Entraron en conversación y Díaz Aguila le dijo que sabía donde estaba la menor.
“Un amigo mío la encontró llorando en una trampa para zorros, le pegó y la mató”, le indicó el “Espanta la Virgen”. La Justicia sospecha que ese “amigo” podría ser él mismo.
Díaz Aguila tiene un prontuario complicado. En sus hojas se intercalan verdaderas locuras con actos de extrema violencia. En 2016, por ejemplo, se subió a la antena de Radio Nacional de Río Grande, exigiendo que le dieran casa y trabajo. En la misma jornada acuchilló a un conocido durante una discusión. Y se quemó su casa en el barrio Los Productores.
La hipótesis es que el sospechoso podría haber descubierto a la nena en los escasos minutos en que estuvo sin la presencia de adultos en el camping. Acto seguido la secuestró y finalmente la asesinó.
No obstante los padres de Sofía, María Elena Delgado y a Fabián Herrera, aun creen que existe la posibilidad de que se encuentre con vida.
¿La pudo haber entregado su captor a alguien más? Es apenas una pregunta de tantas sin resolver.
El 28 de septiembre los padres de Sofía fueron hasta el camping junto con un matrimonio amigo. Al llegar, los chicos se adelantaron corriendo para buscar leña. Fue cosa de segundos, minutos. En eso estaban los menores cuando, según Néstor, apareció un hombre similar a Díaz Aguila y agarró a Sofía para meterla en un vehículo Gol gris.
“Mucho no me acuerdo porque pasaron bastantes años, sobre todo por la edad que tenía. Me acuerdo que habíamos ido a un día de camping con la familia y que pasó lo que pasó: en un momento salimos a buscar leña y Sofía se había apartado, yo fui con ella y pasaron todas las cosas”, dijo Néstor a radio Fueguina. “Ese hombre que se la llevó estaba en la ruta y nada que ver con el camping”, agregó.
Las pistas indican que “Espanta la Virgen” podría estar en algún rancho o campo en las afueras de Punta Arenas. Pero es sabido que encontrar a un peón de campo, con experiencia en la geografía del sur, es una tarea difícil.
Magallanes tiene una superficie de 132,291 km² y decenas de estancias ganaderas. A eso se le suman pasos fronterizos, parajes, puestos en medio de los campos, refugios de montaña, rutas sólo aptas para caballos.
La única forma de atrapar a una leyenda urbana y oscura es persiguiéndola hasta el fin del mundo. Este sería el caso.