Liz Truss, primera ministra del Reino Unido, anunció su renuncia apenas seis semanas después de asumir el cargo, profundizando la crisis política en el país y especialmente dentro del Partido Conservador.
Truss asumió el 6 de septiembre en reemplazo de Boris Johnson, pero desde entonces su corto período de gobierno ha estado marcado por el caos político y económico.
Durante el anuncio, Truss dijo que estableció “una visión de una economía de alto crecimiento y bajos impuestos que aprovecharía las libertades del brexit”. “Sin embargo, reconozco que, dada la situación, no puedo cumplir el mandato por el que fui elegida por el Partido Conservador“, agregó.
Su breve mandato se ha caracterizado por las caídas de los mercados y las constantes especulaciones sobre su futuro a largo plazo, después de que un presupuesto repleto de recortes fiscales sin sustento financiero provocara la agitación de la economía británica.
Truss se va así del Gobierno con un triste récord: la primera ministra que ha estado menos tiempo en el cargo en la historia del Reino Unido. George Canning había sido el más efímero hasta la fecha, con 119 días en el gobierno hasta su muerte en 1827, pero Truss lo ha superado: apenas 45 días al mando del Reino Unido.
La decisión de Truss garantiza una nueva lucha para elegir nuevos líderes dentro del Partido Conservador, en el poder desde 2010, que ha sufrido una hemorragia de apoyo público durante el último año por las tensiones que llevaron primero a la caída de Johnson y luego Truss en el espacio de unos pocos meses.
Según las normas actuales del Partido Conservador, quienes deseen presentarse como líderes deben someterse a la votación de los 357 miembros del partido que ocupan bancas en el parlamento. Luego los dos candidatos más votados pasarían a una segunda ronda, en la que se extiende la votación a todos los miembros del partido. Es posible que esto no ocurra esta vez. En cambio, se especula con la posibilidad de que el nuevo líder conservador sea elegido únicamente por los parlamentarios, sin acudir a la militancia.
Un candidato de unidad que pueda afirmar que va a reparar las fisuras del partido buscará probablemente reunir suficiente apoyo entre los parlamentarios para ganar la carrera rápidamente de esta forma, y evitar un período largo sin Gobierno.