Cuatro destacadas profesoras del Conservatorio de Música de la Umag fueron despedidas por el director de la entidad en ese momento, Sergio Pérez Bontes, según las denunciantes luego de variadas situaciones de maltrato laboral, el aviso de una rebaja del sueldo que recibían que les exigía mantener la misma carga horaria y responsabilidades, y la invisibilidad que vivieron por parte de las autoridades universitarias a cargo de la UMAG.
Ariela Caripán González, Paula Zamorano Aguilar y Karina Contreras Galindo (Más otra profesora que ha preferido mantener en reserva su identidad) fueron contactadas por el director del Conservatorio a mediados del años pasado para avisarles que sus remuneraciones serían rebajadas casi a la mitad debido a la pandemia y los factores que afectaban el funcionamiento de la casa de estudios. Sin mayor posibilidad de poder llegar a acuerdos para tratar de sortear la situación en conjunto, finalmente sus convenios laborales fueron finiquitados.
Todas trabajando para la entidad con boletas de horarios, incluso hasta 29 años de corrido como es el caso de Ariela Maripán, destacada concertista clásica y reconocida profesora. O el de Karina Contreras, ganadora del Festival de la Patagonia, pianista y compositora, con siete años emitiendo boletas a la UMAG. Actualmente se encuentran en proceso judicial en el Juzgado de Letras del Trabajo de Punta Arenas, por una serie de acciones que señalan como discriminación de género y otras vulneraciones de sus derechos. Las docentes también se fueron percatando con el correr de los días de asumir este drástico escenario, que las determinaciones apuntaba en su gran mayoría a mujeres. Es más, los reemplazos contratados después de la desvinculación fueron solamente hombres. Además, la decisión no afectaba a todo el personal del Conservatorio, si no que solo a un grupo. Luego de negarse a aceptar la determinación de la dirección y buscar acuerdos que pudiesen ser más equilibrados y justos bajo sus puntos de vista, todo terminó en la no renovación de sus convenios laborales y el inicio de una etapa de descubrir situaciones más que extrañas, según relatan.
En el programa BDR señalaron que durante mucho tiempo tuvieron que soportar situaciones de maltrato, que se provocaba una situación de invisibilidad como docentes del Conservatorio, y que todo esto también significaba problemas a la hora de desarrollarse como profesoras en la casa de avenida Bulnes. Un camino que tiene bastante por delante y donde se tendrán que estudiar todos los antecedentes presentados por las afectadas. Cabe señalar, que cada una de las acusaciones y denuncias llevan de acompañamientos documentos y pruebas que han sido presentadas a la justicia.
El proceso judicial está en curso, pero lo de la UMAG como entidad educadora y responsable de entregar señales que vayan en la dirección de una mejor sociedad, de una responsabilidad social transversal, al respeto a sus docentes, a proteger a las suyas y suyos, comete (nuevamente) serios errores de comunicación interna y externa. Poco sentido común, poco criterio de hacer lo que hacen en plena emergencia sanitaria con todos los costos humanos, económicos y sociales que esto ha implicado a toda la ciudadanía. Y también se equivocan en el irrespeto de la propia entidad universitaria de permitirse tener funcionarios y funcionarias a honorarios por 29 años… 29 años!!! Es impresentable.
Como era de esperarse la Universidad de Magallanes, a través de su encargado de comunicaciones Ricardo Haro (ex seremi de Obras Públicas en el gobierno de Michelle Bachelet), no emitió respuestas concretas al ser consultado por ZonaZero respecto de las denuncias y una serie de antecedentes presentados por las afectadas. En un escueto mensaje de texto señaló: «Por ser este tema un hecho que actualmente se encuentra en juicio, por ahora, no se emitirá una declaración al respecto. Esperaremos el pronunciamiento del juzgado que lleva la causa para entregar mayores detalles. El equipo jurídico de la Universidad de Magallanes está entregando toda la información requerida por la justicia.»
Al mismo tiempo, Sergio Pérez Bontes, director del Conservatorio de Música de la UMAG, al ser requerido e invitado a conversar sobre el tema se limitó a señalar que: «Yo creo que si está en la justicia esto, no soy yo quien debe referirse al tema. El resto, puedo comentar que es ignominia hacia mi persona buscando un responsable y puedo entenderlo desde ese punto de vista. Solo espero que sean capaces de limpiar mi nombre y el de mi familia con la misma liviandad que hoy me perjudican».
Nota de la redacción: Significado de Ignominia: Ofensa grave que sufre el honor o la dignidad de una persona.