El incendio forestal, que comenzó el 25 de enero y que hoy afecta a la comuna de Timaukel, en Tierra del Fuego, ya ha consumido una superficie de 1.235 hectáreas -según último reporte de Conaf- y se encuentra cada vez más cerca del Parque Natural Karukinka, administrado por WCS Chile.
Esta situación pone en peligro valiosos ecosistemas que son reservorio de carbono que se ha acumulado por miles de años y que podrían ser liberados a la atmósfera, un escenario que tendría repercusiones no solo para Chile – que se ha comprometido internacionalmente a disminuir sus emisiones hasta llegar a un máximo de 95 millones de toneladas de gases de efecto invernadero para 2030 – sino que a nivel global frente al cambio climático.
A pesar del despliegue de las autoridades regionales, el aislamiento del lugar, lo complejo del sistema ecológico de la isla, la falta de humedad por una sequía prolongada y las pocas precipitaciones caídas en los últimos días, han potenciado el accionar del fuego que se ha expandido rápidamente y sin control.
El Parque Karukinka, parte del territorio ancestral Selk´nam, alberga cerca de 130.000 hectáreas de bosque nativo primario, de los más australes y mejor conservados a esta latitud en el planeta (lengas, ñirres y coigües) y 80.000 hectáreas de turberas, que representan el 80% de estos humedales en la isla. Estos ecosistemas son el hogar de animales y aves patagónicos como guanacos, zorro culpeo y variadas especies de aves, como el carpintero negro y cachañas, el loro más austral del mundo, hoy amenazadas debido al avance de las llamas.
Además de la desbordante riqueza ecológica de este parque austral y remoto de 300.000 hectáreas (cuatro veces el tamaño del Gran Santiago), registros de WCS Chile señalan que sus bosques y turberas almacenan, en conjunto, unos 418 millones de toneladas de CO2 (418.200.595 g CO2), que en palabras sencillas, representan un reservorio de carbono equivalente a tres años de emisiones de Gases de Efecto Invernadero de Chile, según datos obtenidos del Informe del Inventario Nacional de Gases de Efecto Invernadero de Chile 1990-2018.
Para Daniela Droguett, directora para Magallanes de WCS Chile, “solo la acción enérgica, decisiva y oportuna, puede evitar que este incendio alcance la magnitud de desastres anteriores, como el del Parque Nacional de Torres del Paine (2012), que consumió cerca de 21.000 hectáreas de matorrales y bosques nativos; o el de bosques y turberas en Bahía Torito, en la Provincia de Tierra del Fuego en Argentina que ese mismo año que consumió 1.349 hectáreas”.
Las turberas son un tipo de humedal de gran valor que contiene y acumula materia orgánica en semi descomposición (turba), a la vez que regula los ciclos hidrológicos que mantienen a los bosques. De este modo, conserva enormes reservas de agua dulce funcionando como un filtro natural, que reduce el transporte de sedimento hacia aguas subterráneas y como si fuera poco, es además el ecosistema terrestre más eficiente para el almacenamiento de carbono.