Días complejos, difíciles. Escenario que pone fin a 15 años de trabajo cuidando a lactantes y niños menores. Carlos Abarzúa, abogado y miembro del directorio de la residencia, expuso que durante estos años el hogar funcionó principalmente con el aporte de los trecientos socios, más que con recursos del Sename.
Entre las causas que concluyeron con la pérdida de la licitación frente a la Fundación Mi Casa, de alcance nacional, está en que Sibillo carece de “un equipo de profesionales que estén levantando la licitación (…) La Fundación Mi Casa ofreció algo que no alcanzamos, pero que no alcanzamos a explicar bien lo que hacemos en la comunidad, pero eso tiene que ver con un proceso administrativo, de licitación”, explicó Abarzúa.
El abogado explica que hay múltiples factores propios de Magallanes que no son considerados en la licitación: “La realidad no es cómo la diseñan o te la dibujan en Santiago, sino que tiene que ver con nuestra pertinencia, nuestra situación, con nuestra particularidad. Y eso significa que siempre somos flexibles ante todas estas cosas”.
Abarzúa comenta que los residentes del hogar no están al tanto de la situación “Los niños no saben nada es esto que estamos conversando. Esto son temas de adultos”.
Sin embargo, el directorio del hogar señala que Sename no le ha entregado los lineamientos a seguir para el traspaso, lo cual genera una incertidumbre: “Solamente sabemos que se está instalando un Hogar de la Fundación Mi Casa, que ni siquiera sabemos dónde está, y que está levantando profesionales para hacer el traspaso”.
Además, acusa que Sename, cómo institución, no está haciendo el traspaso, que incluye a niños, con los cuidados que una acción de esta magnitud “Sename traspasa este programa de residencia como (si se tratase de) cualquier otro programa. Y esto es grave”, argumenta.
El abogado explica que en este proceso los niños no han sido escuchados “Sename no da el ancho, ve el tema como administrativo y nos ve a nosotros sólo como oferentes de la licitación”.
“Lamentablemente, los niños no están primero”, declaró.
No obstante, la Corte de Apelaciones de Punta Arenas podría dictar una orden de no innovar.
“Estamos en manos de tribunales”, comenta Abarzúa.