Lo sé, lo sé./son limitados, tienen diferentes/necesidades y/preocupaciones.// pero los observo y aprendo./me gusta lo poco que saben,/y es tanto.// se quejan pero nunca/se preocupan,/andan con sorprendente dignidad./duermen con una sencillez directa que/los humanos no pueden/entender.// sus ojos son más/bonitos que los nuestros/y pueden dormir 20horas/al día/sin/dudas ni/remordimientos.// cuando me siento/mal/me basta con/mirar a mis gatos/y mi/valor/regresa.// estudio a estas/criaturas.// son mis/maestros.
Charles Bukowski
Para Charles Bukowski, los gatos son auténticas fuerzas de la naturaleza, emisarios esquivos de la belleza y el amor. Hay un libro que se llama “Gatos” donde se recopila poesía, prosa y cuentos dedicados a los mininos.
Además de amar la música, Freddie Mercury adoraba a los gatos, es por eso que tuvo hasta 9. «Delilah» es una canción de la banda británica de rock Queen, de su álbum Innuendo, el cual fue lanzado en el año 1991. Fue escrita por Freddie Mercury que dedicó una canción a su gata preferida que se llamaba Delilah.
Julio Cortázar fue unos de los mayores novelistas del siglo XX y autor de grandes joyas de la literatura también se encontraba su pasión por los gatos, a quienes solía destacar en sus libros, como en los casos de Bestiario (1951), Final del juego (1956), Las armas secretas (1958) y Rayuela (1963).
Otro escritor argentino legendario, como Osvaldo Soriano, fue también amante de los gatos.
Un estudio que se realizó en España basado en 1.300 respuestas revela los beneficios aportados por las mascotas a lo largo del confinamiento. Los gatos jugaron un rol muy importante durante la pandemia pues ellos durante el confinamiento se convierten en compañeros y así evitan cuadros depresivos a mucha gente.
Debo reconocer que comencé a entender a los gatos a partir de cuando pase la barrera de los 40 años, después de la ruptura amorosa, cuando vivía en Punta Arenas lejos de mi familia y amigos. Justo en ese instante mi ex polola me regaló una gata color blanco que fue bautizada como “Princesa”. Recuerdo que cuando llegó a casa estaba nerviosa, pero logro relajarse escuchando a Bob Dylan y se durmió. Desde ese día ella se convirtió en mi compañera, era increíble pero ya no me sentía solo, después decidí volver a vivir en Puerto Natales, ella viajo conmigo y se adaptó rápidamente a su nuevo hogar.
Con el tiempo aprendí que el gato, a diferencia del perro, no es un animal gregario que necesita un líder, el gato comparte tu vida. Durante la Pandemia las gatas que viven en casa “Colux” y “Princesa” han sido grandes compañeras, el encierro nos convirtió (vivo junto a mi madre) en cómplices de esas gatitas.
Hoy tengo 51 años y creo que logré comprender a los gatos y sé que sin ellos no podría vivir, su forma de entregar cariño es increíble, su independencia los convierte en algo fundamental en nuestras vidas.