Es la primera vez en 46 años que Naciones Unidas organiza este tipo de reuniones. La institución explicó que el mundo debía prepararse para una “crisis de agua dulce”.
2.300 millones de humanos viven en situación de estrés hídrico y dos millones no tienen acceso a agua potable. La escasez aumentará indudablemente tensiones y conflictos.
Se esperan 6.500 participantes en los más de 500 eventos organizados el miércoles 22 y el jueves 23 de marzo en Nueva York.
Aunque no se espera ningún acuerdo político planetario, Naciones Unidos planea pedir a los países ciertos compromisos sobre saneamiento, resiliencia ante inundaciones y sequía, desarrollo sostenible y presupuesto para financiar investigación científica entorno al agua.
Por su parte, las ONG ambientalistas como el Wold Wide Fund for Nature (WWF) buscan presionar a los países para obtener mayores inversiones en los ecosistemas de agua dulce.
El World Resources Institute aboga por gestionar el agua de nuevas formas que se adapten al cambio climático. Indica que asegurar el acceso al agua potable para todas las poblaciones de aquí a 2030 solo costaría 1% del PIB mundial y que la rentabilidad de dicha inversión sería inmensa. Aumentaría el crecimiento y la producción agrícola, a la vez que mejoraría la calidad de vida de las comunidades más pobres.
El continente africano es el primero en ser afectado por la escasez de agua. La ONU busca incrementar la cooperación entre países que comparten en su frontera recursos hídricos, y para ello quiere que se amplíe la Convención sobre el agua de 1992, inicialmente impulsada entre países europeos.
Este texto propone obligaciones para países que comparten un río, un lago, una cuenca y aguas subterráneas. Desde el año 2016 todos los países del mundo pueden firmarla.
En África, el 90% de los recursos hídricos se encuentran en zonas fronterizas. La cuenca de Niger la comparten nueve países, incluido Nigeria el más poblado del continente.
En Europa, donde la sequía ha golpeado incluso en invierno, también se han multiplicado los conflictos sobre el uso del agua. Según Jean Lapègue, portavoz de la ONG Acción contra el hambre, van a intensificarse con el calentamiento global.
“Ya existen tensiones respecto a la gestión de ríos fronterizos. A medida que el costo y la escasez de agua aumenten, se van a agravar en el mundo”, explica.
Dice además que los niños van a ser los más afectados. “Hoy en día, un niño menor de 5 años tiene un riesgo 20 veces mayor de morir de una diarrea provocada por un problema de saneamiento de agua que de morir en un bombardeo. Las enfermedades hídricas son la primera causa de mortalidad infantil”, detalla Lapègue.