Este viernes 10 de mayo, a contar de las 19.00 horas, en dependencias del club Pesca y Caza de Punta Arenas, ubicado en calle Fagnano 469 en pleno centro de la ciudad, se presentará un libro que, seguramente, abrirá nuevas aristas investigativas sobre un tema del cual siempre se ha hablado mucho en el austro: la presencia en Magallanes de personalidades vinculadas con el gobierno del Tercer Reich.
La obra a la que hacemos referencia deparó más de diez años de trabajo al profesor de historia y geografía de la Universidad de Concepción, el escritor oriundo de Puerto Natales, Pedro Cid Santos, quien se esfuerza para demostrarnos que los militantes y simpatizantes del régimen de Adolf Hitler se hallaban en la Patagonia mucho antes que la esvástica flameara en lo más alto de la cancillería de Berlín, a comienzos de 1933.
“Nazis y Nacis de Magallanes” es un texto que establece la diferencia histórica entre los ciudadanos alemanes que se internaron en el sur de nuestro país principalmente, a fines de la década de 1920, con el claro objetivo de formar pequeñas cédulas o grupos locales afines al Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán (NSDAP) conocido como Partido Nazi y el Movimiento Nacional Socialista fundado en Chile el 5 de abril de 1932 por el abogado Jorge González von Marées, el escritor Carlos Keller, y el militar en (R) Francisco Javier Díaz Valderrama.
El libro de Cid estudia la profunda influencia ejercida en Chile y en Magallanes en especial, de símbolos propios del fascismo italiano y del nacionalsocialismo alemán, esto es, del tradicional saludo en los desfiles militares, el brazo derecho extendido con la palma de la mano hacia abajo, y del empleo habitual de la esvástica en las actividades comerciales.
Como muy bien lo expresa el profesor Cid, las ideas del nazismo alemán y del nacismo chileno, estuvieron muy presentes en la intensa vida política de Magallanes, en los años de 1930 y 40, período en el que se circunscribe buena parte de la investigación. No deja de sorprender por ejemplo, que en la primera directiva del Partido Regionalista, la misma que proclamó oficialmente la candidatura a diputado de Manuel Caparro Ruminot, tuviera como tesorero al comerciante y ganadero, Arturo Jacobs, dueño de la conocida Tienda Inglesa de Punta Arenas, (ubicada en la esquina de calles Lautaro Navarro y Roca donde hoy está situado el edificio Victoria) quien, una década antes, ya estampaba la cruz gamada para identificar a sus animales, según consta en la “Guía general de marcas y señales de la provincia de Magallanes”, obra auspiciada por la Asociación de Ganaderos de Magallanes en 1943, donde encontramos la inscripción N°353 de abril 8 de 1924, y en el “Registro de Marcas Caballares y Vacunos Territorio de Magallanes”, con la inscripción N°274 del 10 de diciembre de 1928, obra custodiada en el Departamento de Tesorería de la Ilustre Municipalidad de Punta Arenas.
Uno de los principales aportes del libro es la identificación de conspicuos personajes que abiertamente simpatizaron con la causa nazi, como el ex intendente de la provincia, general (R) Javier Palacios Hurtado, quien, en 1937 se presentó en calidad de independiente como candidato a diputado por Magallanes apoyado por el Movimiento Nacional Socialista de Chile, en dupla con el candidato a senador por la novena circunscripción electoral, el ginecólogo Federico Schilling Matthei. A última hora se produjo la renuncia de Palacios, si bien, el militar nunca ocultó su simpatía por las ideas nacistas como lo atestiguan documentos de la época, aportados en la investigación por el profesor Cid Santos.
Otro connotado político de aquel entonces, el ex alcalde y ex militante del Partido Radical, Juan Agustín Yáñez Barría, también fue seducido por el Movimiento Nacional Socialista, como se desprende de su postulación a regidor por Punta Arenas en los comicios comunales de abril de 1938. Recordemos que historiadores como Sergio Lausic Glasinovic describieron a Yáñez como “el primer alcalde obrero de la ciudad”, en vista de su reconocido trabajo en terreno caracterizado por la importante ejecución de obras públicas, como la pavimentación del centro y de los barrios más antiguos de Punta Arenas y del hermoseamiento de la ciudad, con la plantación de árboles en las avenidas Bulnes, Colón e Independencia.
Creemos, sin embargo, que uno de los mayores méritos del estudio realizado por el profesor Cid radica en presentarnos con gran ecuanimidad una serie de hechos y personajes vinculados a la historia del Nacionalsocialismo y su posible vínculo con Magallanes, lejos del mito y de la leyenda en que habitualmente han sido retratados, incluso por connotados investigadores del tema.
Así las cosas, tenemos el caso del militar alemán Walter Rauff, acusado de idear las cámaras de gas rodantes, donde murieron más de 90 mil judíos. Como sabemos, a menudo se indica que Rauff colaboró con la DINA asesorando a sus miembros en técnicas de torturas e interrogatorios; asimismo, se asegura que fue el ideólogo en la creación del penal de isla Dawson. Pedro Cid, junto con exhibir los testimonios de quienes validan lo afirmado por periodistas e historiadores acerca de la supuesta culpabilidad de Rauff en los hechos descritos, opone las versiones de algunos periodistas, -Jorge Babarovic entre ellos-, y de connotados dirigentes de la Unidad Popular, -el arquitecto Miguel Lawner y el diputado Carlos González Yaksic que niegan de la posible participación de Rauff en esos eventos.
“Nazis y Nacis de Magallanes” incorpora también, amenas e instructivas entrevistas a una amplia gama de personalidades de la zona que corroboran finalmente, un hecho irrefutable e inobjetable: la certeza de la presencia, tanto en lo ideológico como en lo práctico, del Nacionalsocialismo en la región.