No nos olvidemos de Marino Muñoz Lagos [Por Víctor Hernández Godoy]

21 de julio de 2024

Si estuviera vivo, el pasado viernes 19 de julio habría cumplido 99 años. Lo imaginamos junto a su entrañable mujer, la profesora Eulalia Agüero Pletikosic, la recordada “Tía Lala”, su adorada nieta Magdalena, y su hijo Marino Andrés, quien estaría vestido seguramente con alguna camiseta y algún gorro de su amado Wanderers y uno que otro banderín de los panzers del 68.

A su alrededor, una que otra botella de vinos blanco y tinto y en medio de libros, diarios y cuadernos, la vieja y eterna máquina de escribir donde habitualmente redactaba sus carillas sueltas, de un envión, casi como un suspiro. Porque Muñoz Lagos escribía así casi de memoria, sin tener apuntes, sin ninguna necesidad de recurrir a otros libros, a citar fuentes, a elaborar las complicadas y a veces odiosas bibliografías.

Portada de la primera edicion de «Los rostros de la lluvia», que obtuvo el Premio Municipal de Santiago, en el genero poesía, en 1971.

Esta visión la tuvimos hace ocho o nueve años, cuando le propusimos al entonces director del Consejo Regional de la Cultura y las Artes, el psicólogo Gonzalo Bascuñán Vargas, realizar un encuentro en Punta Arenas, junto a los tres críticos literarios con la trayectoria más extensa del país, Carlos René Ibacache, Wellington Rojas Valdebenito y Marino Muñoz Lagos. Curiosamente los tres vivían en la zona sur austral del país: Chillán, Angol y Punta Arenas, lo que agregaba una fuerte carga simbólica adicional. Era la mejor manera de festejar a Muñoz Lagos por sus setenta años de actividad periodística que lo convertía a su vez, en el comentarista literario más longevo de Chile.

Nada de eso se pudo concretar. Nuestro poeta falleció un 14 de abril de 2017 y el proyecto inicial mutó a un ensayo histórico literario preparado junto con nuestro amigo Luis Canales Vásquez (antiguo curador del Museo Naval y Marítimo de Punta Arenas) con la inclusión de una entrevista exclusiva a cargo del académico estadounidense David Petreman, una selección de fotografías y la incorporación de 129 artículos literarios publicados a lo largo de siete décadas, en los diarios “La Prensa Austral” y “El Magallanes”, pero que nunca habían sido impresos en un libro. Recordemos que en su amplio repertorio, Muñoz Lagos editó cuatro libros en prosa: “Crónicas del Diario Soñar” en 1987 y “Crónicas de sur a norte” en 1992, ambos en los talleres gráficos del Instituto Don Bosco; el opúsculo, “Gabriela Mistral en Punta Arenas” en 1994 y “Crónicas de una lejanía” en 2001, estos últimos títulos con la imprenta Atelí. En total, 173 crónicas y un pequeño ensayo histórico que, sumados con los de nuestro trabajo brindan poco más de trescientas semblanzas sobre el quehacer literario de Magallanes.

Ensayo histórico sobre Gabriela Mistral, publicado en 1994.

Sin embargo, aquello representa apenas unas migajas de toda la producción narrativa de Muñoz Lagos. Si consideramos que este hombre publicó en promedio, cien artículos y crónicas durante setenta años, tenemos entonces, aproximadamente unos siete mil escritos lo que significa en la práctica, que “sólo” conocemos alrededor del 5% de su obra en prosa que se halla, como dijimos, intacta, esperando ser redescubierta en los diarios y en los archivos de la prensa regional.

Y es que, en cambio, Marino Muñoz Lagos es ampliamente valorado como poeta. Nacido el 19 de julio de 1925 en Mulchén, se recibió como profesor primario en la Escuela Normal Rural Experimental de Victoria. La ley de la Defensa Permanente de la Democracia o Ley Maldita lo trajo a Punta Arenas en los primeros días de 1948. Trabajó en la Escuela de Agua Fresca y en la Superior de Hombres N°1. Junto a otros literatos, inauguró las actividades del Centro de Escritores de Magallanes en 1950.

Autor de los poemarios: “Un hombre asoma por el rocío”, 1949; “El solar inefable”, 1953; “Dos cantos”, 1955; “Chile a través de sus poetas”, antología, 1960; “Los rostros de la lluvia”, 1970; “Entre adioses y nostalgias”, 1981; “Ocho poemas meridionales, 1982; “Antología a ras del sueño”, 1992; “De distancias y soledades”, 1997; “La muerte sobre el trébol”, 2005; “Los asombros de otrora”, 2008.

Recopilacion de 129 crónicas publicadas a lo largo de setenta años, proyecto de investigación llevado a cabo por el autor de este artículo y Luis Canales Vásquez, texto publicado a fines de enero de 2018.

Entre otras distinciones y premios que recibió, se cuentan, el Premio del Círculo de Salta, en Argentina en 1953; el Premio Municipal de Literatura de Santiago en el género de poesía en 1971, por su obra “Los rostros de la lluvia”; el Premio del Fondo de la Cultura y de las Artes en 1992 por “Crónicas de sur a norte”; el Municipal de Literatura de Punta Arenas en 1994; el Premio del Consejo Nacional del Libro y la Lectura por Crítica Literaria en 1995; la Medalla Presidencial Centenario Pablo Neruda en 2004; la designación como Ciudadano Ilustre de la Región de Magallanes y antártica Chilena en 2007. Su libro “Los rostros de la lluvia” fue reeditado en 2001 en una edición bilingüe, con traducción del académico estadounidense David Petreman.

Fue el primer presidente que tuvo la Sociedad de Escritores de Chile filial Magallanes, 1981-85; su trabajo de difusión literaria incluyó numerosos prólogos para la presentación de obras de diversos autores y la elaboración de guiones para programas de radioteatro.

Ahora que se espera la construcción definitiva del Archivo y Biblioteca Regional, retomamos y nos hacemos parte, de una iniciativa planteada hace algún tiempo por la coordinara regional de bibliotecas públicas, Isabel López Maldonado, en el sentido de hacer justicia a nuestro vate, designando con su nombre al principal Centro de Documentación que tendrá la región.   

Escrito por: Víctor Hernández Godoy, escritor, historiador, columnista.