Según datos recabados por La Tercera, vía Ley de Transparencia, a tres meses de que cierre el proceso de selección y reclutamiento de la Esfocar, las inscripciones son apenas 2.154. Una cifra que deja al descubierto el cada vez menos interés de las y los postulantes y que refleja una caída del 86 por ciento respecto a la última década (2010-2020), cuando el promedio ascendió a 15.341 inscritos.
Los interesados en ser carabineros son cada vez menos y de eso no hay dudas. En línea absolutamente con la caída libre que han registrado las postulaciones a la policía uniformada en el último lustro, en tiempos en que la institución ha visto fuertemente mermada su legitimidad ciudadana y confianza por casos de fraudes multimillonarios y acusaciones de montajes y violaciones a los derechos humanos, y el asesinato del comunero mapuche Camilo Catrillanca.
Así las cosas, el número de postulantes durante 2021 se ha ido al suelo en la Escuela de Formación de Carabineros (Esfocar), de suboficiales -los uniformados que salen a la calle-, y la Escuela de Carabineros (Escar), que forma oficiales -los futuros coroneles y generales-.
Cabe mencionar, que sí hubo tiempos mejores… Por supuesto. El peak estuvo en 2015, con 18.871, pero desde entonces las cifras sólo han disminuido, coincidiendo con los años en los que estalló el fraude en Carabineros -«pacogate»-, cuya investigación se conoció en marzo del 2017 y asciende a más de 28.000 millones de pesos; el montaje de la «Operación Huracán» a comienzos del 2018 y el caso Catrillanca en noviembre de ese año; y las múltiples denuncias por violaciones de DDHH tras el estallido social de octubre del 2019.
En opinión del coronel Gonzalo Araya, jefe del Departamento de Reclutamiento y Selección, al diario La tercera la disminución «se debe a varios factores, entre ellos a la contingencia que ha vivido Chile en los últimos años, la cual ha golpeado fuertemente a todas las instituciones públicas, incluido Carabineros; por otra parte, a los tiempos difíciles que hemos vivido en torno a las cuarentenas, por el tema del Covid», según el matutino.
A su vez, el director de la Escar, coronel Max Jiménez, trató de bajarle algo el perfil a la preocupante situación y afirmó que también tiene relación con la pandemia, puesto que «ha sido complicado el acceso, hemos adoptado cursos de acción para hacerlo telemáticamente y así facilitar el proceso a los postulantes», pero admitió que»tampoco podemos desconocer los hechos ocurridos en el pasado, que pudieron afectar la imagen institucional, pero -puntualizó- actualmente hay jóvenes que quieren postular y ser carabineros».
En tanto, desde el Gobierno, el subsecretario del Interior, Juan Francisco Galli, aseguró que se está «trabajando en el proyecto de ley que reforma la carrera policial para poder mejorar este proceso y darle un horizonte concreto. Pero, además, esto tiene que ir de la mano con la legitimidad social de la ciudadanía hacia la labor de Carabineros, donde se valore su trabajo en la prevención de los peligros a los que está expuesto el ciudadano. Se tiene que avanzar en ambos sentidos», apuntó.
Explicitando una preocupación por el «déficit de postulantes», el 24 de mayo se despachó una instrucción interna a todas las jefaturas de zona del país para colaborar en el reclutamiento de futuros policías.
Seguramente, uno de los momentos más complejo de la institución, que otrora contaba con el profundo reconocimiento de la ciudadanía. Pero hay que reconocer que no ha sido la gente la que dejó de mirarlos de la misma forma que lo hacía de un día para otro, si no más bien, fueron los hechos negativos protagonizados por funcionarios los que empujaron esta sensación de desconfianza. Y sí, está claro que por culpa algunos se manchó a toda la institución.