A mediodía del jueves 29 de diciembre, en el antiguo Edificio de los Intendentes, hoy domicilio de la Delegación Presidencial, Plaza Benjamín Muñoz Gamero N°1072, se realizó la ceremonia que distinguió al reconocido escritor magallánico Pavel Oyarzún, como ganador del Premio Regional de Cultura 2022, galardón instituido por el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio de la Región de Magallanes y Antártica Chilena, con el objeto de premiar cada año a un exponente destacado de las disciplinas artísticas que componen las diversas áreas culturales abordadas por el ministerio, y que en esta ocasión, correspondió a la Literatura.
Un jurado integrado por Diego García, Seremi de las Culturas, las Artes y el Patrimonio de la Región de Magallanes y Antártica Chilena; Pablo Quercia, Director Regional del Servicio del Patrimonio (Serpat); Miriam Pino, en representación de la Secretaría Regional Ministerial de Educación; Isabel López, Coordinadora de Bibliotecas Públicas y Víctor Hernández, Presidente de la Sociedad de Escritores de Chile (SECH) filial Magallanes, resolvieron entregar al escritor Pavel Oyarzún, el Premio Regional de Cultura, 2022.
El jurado fundamentó su decisión, luego de revisar la extensa trayectoria del autor, que se aproxima a los cuarenta años de intensa actividad creativa y literaria, revestida de una importante y significativa cantidad de publicaciones en los géneros poético y narrativo, en donde Oyarzún ha obtenido varios premios como el Primer Lugar en el Concurso Binacional de Poesía de la Patagonia (1998); el Municipal de Literatura en 2002, entregado por la Ilustre Municipalidad de Punta Arenas; el de mejor obra inédita 2005 por su novela “San Román de la Llanura”, premio de carácter nacional otorgado por el Consejo del Libro y la Lectura y la cuarta reimpresión de su celebrada obra en prosa “El Paso del Diablo”, declarada de interés cultural por la Cámara de Diputados de la Provincia de Santa Cruz en Argentina, y recomendada para su difusión en los diversos establecimientos educacionales del vecino país.
Recordemos que Pavel Oyarzún es autor de los libros poéticos, “La Cacería” (1989); “La Jauría desquiciada” (1993); “La luna no tiene luz propia” (1994); textos producidos por la Editorial Atelí en Punta Arenas; “Patagonia, la memoria y el viento” (1999) con Lom impresores; e “In Memoriam” con la Editorial Quimantú, nueva época (2002). También, con Atelí, en conjunto con los escritores Dinko Pavlov, Juan Magal y Julio Pedrol publicó el texto “Impronta” (1991) y con los creadores Rodrigo Moreno y Santiago Zavala, el libro “Cuarto Oscuro, creación bajo encierro” (2004), el que fue impreso en los talleres de “La Prensa Austral”. La totalidad de su obra poética publicada en libros, fue reunida por la editorial capitalina Nadar, con el título “Palabras abren sepulcros. Antología poética invertida”, un volumen que data de 2015.
Dentro de la totalidad de su obra, el jurado consideró especialmente, el libro escrito en coautoría con Juan Magal, “Antología insurgente. La nueva poesía magallánica”, Editorial Atelí, (1998); por la repercusión que tuvo en el tiempo, la propuesta de presentar a veintisiete jóvenes poetas, muchos de los cuales hoy día son escritores consagrados y, fundamentalmente, por el valioso estudio preliminar, escrito a modo de ensayo literario.
Pavel Oyarzún es además, ampliamente conocido por sus novelas “El Paso del Diablo” (2004); “San Román de la Llanura” (2006); “Barragán”, (2009); “Krumiro”, (2016) y “Será el paraíso”, (2019), todas ellas publicadas por la prestigiosa Editorial Lom, en Santiago. “El Paso del Diablo” ha sido reeditado por la Editorial Entrepáginas en 2012 y 2022 y por la Editorial IPS de Buenos Aires, Argentina, en 2021, transformada de esta manera, en la primera novela magallánica que alcanza cuatro ediciones, superando en este sentido, la marca de tres impresiones establecida por la clásica novela “La noche trágica de los Copuyes”, escrita por el desaparecido narrador Enrique Wegmann Hansen (1921-1981), publicada en 1971, 1977 y 1979.
Vale la pena consignar, que el premio en metálico ($3.000.000 de pesos) logrado por Pavel Oyarzún no sólo es un estímulo a su incesante trabajo escritural, sino que, tal medida, propende a la instauración de un premio literario que a todas luces, requieren los escritores regionales. No debemos olvidar, que a excepción del Premio Municipal de Literatura, -que no se entrega desde el 2017-, o de Magallanes en 100 palabras, los literatos magallánicos carecen de premios que dignifiquen el oficio de los escritores y de la intensa actividad literaria que se despliega en la región. Al respecto, se echan de menos concursos literarios como el Antonio Pigafetta por ejemplo, concebido entre la Universidad de Magallanes y la SECH Magallanes, que duró alrededor de veinte años, con su primer premio estipulado en dos mil dólares, certamen que por la calidad y la cantidad de participantes, adquirió connotación internacional.
Esperemos que el logro de Pavel Oyarzún motive a nuestras autoridades a crear un Premio Regional de Literatura permanente, que podría entregarse anualmente.
Sería una interesante propuesta para establecer una conexión duradera entre los escritores, las imprentas o editoriales, y los lectores. Veamos qué pasa.