Dijimos en nuestra crónica anterior, que a mediados de 1943 recibió el cargo de Intendente de la provincia un oficial de la Armada de Chile. Este marino, de reconocida capacidad profesional, era además, bien evaluado por la comunidad magallánica, porque en varias ocasiones anteriores, había tenido tuvo que asumir como primera autoridad regional, pero en carácter de interino. Ello ocurrió principalmente durante el período conocido como de anarquía política (1931-32) y también, en varios momentos del segundo gobierno de Arturo Alessandri (1932-1938).
El contraalmirante Guillermo Arroyo Acuña se había desempeñado además, como Gobernador Marítimo y jefe del Apostadero Naval en Punta Arenas. De modo que su nombramiento no fue una sorpresa para la ciudadanía. En su calidad de hombre de mar, Arroyo visitaba frecuentemente los lugares más apartados de Magallanes. Conocía en profundidad las localidades de Última Esperanza y de Tierra del Fuego. Era un promotor de la necesidad geopolítica de poblar la isla de Navarino, como requisito indispensable para que Chile se posicionara de manera efectiva en la Antártica.
Guillermo Arroyo tuvo que hacer frente a graves problemas económicos y sociales derivados de la posición neutral que Chile sostuvo durante buena parte de la Segunda Guerra Mundial. Por ello y debido al desabastecimiento de ciertos productos esenciales, adoptó una serie de medidas especiales, como fijar un stock adecuado de carne y pescado en diferentes establecimientos y puntos de venta, para asegurar su consumo en los barrios populares de Punta Arenas, Porvenir y Puerto Natales.
Al contraalmirante Arroyo le correspondió organizar las festividades relacionadas con el Centenario de la Toma de Posesión del estrecho de Magallanes, proeza realizada por la tripulación de la goleta “Ancud”, después de un viaje de cuatro meses, desde mayo a septiembre de 1843.
En esta ocasión, se contó con la participación del mundo empresarial, las organizaciones sindicales, los partidos políticos y las instituciones culturales que colaboraron al intendente Arroyo para que éste elevara una moción consistente en que el día que se celebrara la toma de posesión, fuera declarado feriado legal. Después de varias tratativas, el presidente de la república, Juan Antonio Ríos, emitió el decreto correspondiente que sancionó el 21 de septiembre de 1943, como día de asueto para todos los habitantes de la provincia de Magallanes.
Sin embargo, la conmemoración del Centenario se trasladó para el verano del siguiente año. En febrero de 1944, el presidente Ríos, acompañado de su esposa y una extensa comitiva, que incluyó a ministros, periodistas y académicos recaló en Punta Arenas. En la capital provincial, se inauguraron obras de suma importancia como la reconstrucción del Fuerte Bulnes, el edificio de la actual Escuela Arturo Prat y los monumentos al Ovejero y al comandante Williams.
En la administración del intendente Arroyo se halló el primer pozo de petróleo en el sector de Springhill, en Tierra del Fuego, el 29 de diciembre de 1945, lo que marcó un hito histórico en el desarrollo productivo de Magallanes.
Sin embargo, al igual como ocurriera con su predecesor, el presidente Ríos murió, víctima de cáncer, en pleno ejercicio de su gobierno, el 27 de junio de 1946, sin poder ver uno de sus principales compromisos suscritos con el austro: la llegada definitiva a la región, de la Línea Aérea Nacional (Lan), lo que se produjo, el mismo día en que falleció el primer mandatario.
Su sucesor, el radical Gabriel González Videla, más allá de las leyes restrictivas que propició contra los militantes del Partido Comunista, colectividad a la que debía gran parte de su respaldo popular y posterior triunfo en las urnas, en la elección del 4 de septiembre de 1946, profundizó la política de industrialización, nacida al alero de la Corporación de Fomento de la Producción (Corfo) y también, concretó la presencia chilena en el Continente Antártico.
González Videla nombró en el cargo de Intendente de Magallanes, a Guillermo Ihnen Stuven, quien en un principio, fue resistido, por sectores vinculados a los partidos Socialista y Comunista.
Una de las primeras prerrogativas de la nueva autoridad regional, fue impulsar diversas obras de infraestructura. Se le vio siempre comprometido con la habilitación de las primeras Bases chilenas en la Antártica: Arturo Prat, de la Armada, en 1947; Bernardo O”Higgins, del Ejército, en 1948 y la de la Fuerza Aérea, bautizada como Gabriel González Videla, en honor al presidente de turno.
En contraste, Ihnen tuvo que hacer frente a un difícil panorama económico y social en el Departamento de Última Esperanza, luego del cierre definitivo del frigorífico “Natales”, lo que provocó un fuerte aumento de la cesantía en aquella localidad, con repercusión en toda la provincia.
Estos acontecimientos no fueron óbice, para que se consumara la venida al territorio, después de visitar la Antártica, (convirtiéndose en el primer mandatario en el mundo en colocar pie en el continente blanco) de Gabriel González Videla, en febrero de 1948.
Decisiones de suma relevancia, esperaban a Magallanes.