El diputado Gaspar Rivas (PDG) protagonizó un nuevo escándalo a raíz de la votación de censura contra la presidenta de la Comisión de Personas Mayores, Carolina Marzán.
El parlamentario fue reemplazado por la jefa de bancada del Partido de la Gente, Yovana Ahumada, quien lo removió de la Comisión y no pudo participar de la votación. Lo que provocó la molestia de Rivas, quien insultó a Ahumada y al diputado Víctor Pino a garabatos.
“Es una ‘conchadesumadrada’. ¿Se los deletreo? Tengo fuero por la Constitución y voy a decir que son un par de conchade…”, expresó.
“Junto a la dictadora de bancada están vengándose de los diputados, y yo quiero exigir mi derecho a votar. No voy a aceptar ese reemplazo, esta señora que ni siquiera tiene la decencia de darme la cara (…) no voy a aceptar ese reemplazo y yo voy a exigir mi derecho a votar como titular”, alegó el parlamentario.
Tras ello, el diputado Nelson Venegas (PS), presidente de la Comisión de Ética, confirmó que se buscará ingresar una propuesta para modificar el reglamento y castigar este tipo de escándalos, insultos o agresiones en la Cámara.
“Para nosotros es muy preocupante lo que está ocurriendo y en términos personales creo que para todos resulta doloroso el hecho que el Congreso, y la Cámara, especialmente, se esté transformando prácticamente en un circo“, dijo. Asimismo, agregó: “Siento que la mayoría de los diputados son serios. Lamentablemente, la actitud de una minoría está causando un grave prejuicio respecto de lo que es el prestigio de esta institución”.
Asimismo, señaló que pidió reunirse con el presidente de la Cámara, Vlado Mirosevic, y los líderes de los comités para presentar una modificación de cuatro puntos al reglamento.
Sobre su propuesta, el diputado planteó que: Las actitudes más graves de comportamiento sean castigadas con el 100% de la dieta; las actitudes violentas a través de redes sociales que colinden con el discurso de odio a los castigos serán examinadas en su gravedad; que cuando los partidos políticos definan candidaturas realicen exámenes psicológicos.
“Lamentablemente, lo que se está jugando es el prestigio de una institución que es un pilar fundamental de la democracia y para la gente común esto se está transformando lisa y llanamente en un circo”, zanjó.