En tiempos en que la confianza de la ciudadanía hacia las y los políticos está en el suelo, resulta de la mayor importancia conocer detalladamente a quienes han decidido poner sus nombres a disposición de la ciudadanía para ocupar cargos de elección o buscan ser una vez más reelectos y cuales son sus motivaciones del por qué creen ser la mejor opción.
Iniciado el periodo de campaña, la verdad sea dicha, se ha visto bien pobre el despliegue, quizás la falta de recursos económicos y la conformación de equipos de trabajo son un reflejo de aquello, sin embargo, debiera ser una premisa de toda candidatura ir cara a cara con sus electores, que los conozcan, que expongan los motivos y propuestas que los lleva a querer ser concejal, alcalde (sa) consejero (a) o Gobernador (a).
No basta tener un nombre y un apellido que nos haga oreja, o un slogan de campaña, mucho menos una sigla de partido, hoy los ciudadanos estamos llamados a empoderarnos, debemos ser más exigentes con quienes buscan ser nuestros representantes.
¿Qué es empoderamiento de la ciudadanía? En simple, lo podríamos definir en que es la facultad que adquieren los ciudadanos al tomar conciencia sobre el impacto que tiene su participación en el desarrollo de su sociedad y de su calidad de vida.
Existe un principio constitucional que establecer el derecho a elegir y ser elegido. Con ese derecho como norma principal en nuestro Estado democrático, mal podría alguien intentar objetar o censurar nombres. Pero si podemos realizar un legítimo y respetuoso cuestionamiento. En este punto podremos estar de acuerdo o no que hay ciertas candidaturas que estiman ser “sandia calada” para estas elecciones, aun cuando me parece que desconocen que los tiempos han cambiado y hoy no son los medios convencionales o tradicionales lo que marcan una agenda o influyen mayoritariamente en una decisión política electoral.
Bajo esta premisa es que una vez más el llamado es a conocer propuestas, debates de ideas y reiterar con más fuerza que nunca que debemos educarnos en conocer que facultad tiene cada cargo que vamos a elegir.
En esta misma línea de ideas, estimo que los actuales tiempos, no están para estar leyendo o escuchando majaderamente solo la descalificación o critica fácil, con cuñas y frases armadas para tener unos minutos en las radios o medios de comunicación. En este contexto la conquista del votante debiera estar marcada en como un candidato (a) se para frete a los ciudadanos y puede demostrar o asumir compromisos para ser visto como una mejor opción o alternativa que su ocasional adversario y no basarse en lo que el “otro u otra” no ha hecho o no podrá hacer.
Llama la atención, la falta de reconocimiento por las cosas que se han hecho bien, lo que demuestra mezquindad y falta de generosidad política. Una cosa es tener legítimas diferencias y otra es extremar argumentos solo buscando polarizar un momento político para pegarle a las actuales administraciones.
A modo de ejemplo y a nivel regional – con desaciertos y aciertos- alguien podría no reconocer que en materia de viviendas ha habido avances concretos en las últimas décadas, similar situación con la inversión en obras públicas. Claramente en la contraparte se está al debe en todo lo que se refiere a conectividad. Hay algunos pequeños programas de apoyo con subsidios principalmente nacionales, pero siendo nuestro territorio marcado en lo insultar debe ser una prioridad para quienes aspiran llegar al Gobierno regional y al Core abordar la conectividad principalmente con Tierra del Fuego y Navarino.
Como lo he compartido en columnas anteriores nuestra región y sus comunas disponen de importantes recursos económicos y humanos. Con un alto nivel académico para en conjunto seguir haciendo crecer a nuestra región. Aunque suene cliché si a quienes resulten electos y nos gobiernen en Magallanes en los próximos cuatros años les va bien. Nos va bien a todos los que habitamos este austral territorio.
El proceso electoral del próximo 26 y 27 de octubre puede ser una gran oportunidad para recomponer confianzas políticas. No olvidemos que el año venidero deberemos elegir nuevo Presidente (a) y se renueva la mitad del senado y se elegirá la totalidad de la Cámara de Diputadas y Diputados. Por ende, este año tenemos un muy buen apronte que nos podría dar luces de cómo serán los siguientes meses políticamente hablando.