En pleno proceso de campaña diversas son las entrevistas que a radiar vemos, leemos o escuchamos de las decenas de candidatas y candidatos en Magallanes, por lo que resulta muy oportuno reiterar el llamado que la descalificación hacia un adversario político a estas alturas poco rinde.
Entre sábado 26 y domingo 27 de octubre cada uno de los ciudadanos mayores de 18 años habilitados para sufragar debemos concurrir obligatoriamente a emitir nuestro voto por el cual vamos a elegir a la administración regional (Gobernador y Consejeros) y comunal (Alcalde y Concejales)
Son precisamente este tiempo electoral donde tanto candidatos nuevos, otros no tanto y los que van a reelección se reencuentran con la calle, vuelve el puerta a puerta, como si aquello estuviera vetado para cuando ya pasaron las elecciones. De hecho, es una de las principales críticas que se suelen escuchar cuando quienes hemos tenido la oportunidad de participar activamente en campañas hacemos el trabajo0 territorial.
Salvo dos o tres excepciones, por regla general lamentablemente nuestra región no escapa a la conducta de los políticos tradicionales nacionales que optan por medios de comunicación o las redes sociales para creer que están interactuando con la comunidad.
Es en este contexto que resulta primordial, como se dijo en columnas anteriores, que junto con informarnos de cuales son las facultades de cada autoridad a elegir, eso no nos prohíbe de poner los temas prioritarios para quienes los próximos cuatro años definirán la administración local.
A saber, en materia de seguridad sabido es que, tanto a nivel regional como comunal, mas que inyectar recursos a las policías y a políticas de prevención poco y nada mas se puede hacer… por ahora. Desde hace años los municipios vienen demandando la posibilidad que se les otorguen mayores facultades legales a los inspectores municipales, si bien se han dado tibios avances la dura realidad ha dejado prácticamente sin argumentos a aquellas voces que se oponían tenazmente a una suerte de policía municipal. El tema sigue sobre la mesa.
En materia regional y la asignación de recursos hay coincidencia que se debe actuar con prontitud en atender las interminables listas de espera y la falta de especialistas. Recursos hay lo que ha quedado demostrado con los convenios de programación. Sin embargo, en materia de atención a pacientes (y sí que son paciente), sigue siendo materia pendiente.
En educación existen voces, con la que coincido, en que tras la dezmunicipalización el gobierno regional podría pasar un poco mas a la acción no solo proveyendo fondos para infraestructura, sino por ejemplo apoyando a las familias cuyos hijos han optado por carreras de educación superior fuera de la región y sus recursos económicos no alcanzan, si, pese a la decena de becas vivir en un territorios aislado también repercute fuertemente en quienes aspiran a seguir carreras en universidades o institución fuera de la región. A saber un estudiante universitario paga: Matricula, arancel (ok, le cedo que hay casos de gratuidad) a eso se suman los gastos de alojamiento, alimentación, transportes, texto y materiales de estudios. ¡Alzarán la voz diciendo, pero hay becas! Cabe la pregunta ¿para todos? Otro tema sobre la esa que con voluntad puede ser atendido.
En vivienda, la suerte de batalla está desatada, cada vez que se aprueba la compra de terrenos o se asignan fondos regionales para la construcción de éstas se genera un gran ruido. Claramente algo está pasando con la política habitacional de magallanes ya que es evidente que no hay plena satisfacción por como se está llevando este importante tema.
Respecto a conectividad, también existe una sensación de vacío, solo pasa a primera línea cuando se da algún suceso que acapara las noticias urgentes. subsidios estatales, subsidio a la demanda y otros tantos aportes que vienen de fondos fiscales sin embargo es evidente que hay poca casi nula intervención del gobierno regional, deduzco que es siempre bajo la premisa que allí operan los privados… Ah, perdón, pero para infraestructuras…
Son todos temas de impacto social que están en la mesa y en el quehacer diario de las familias de la región. Son materias que no involucran derechas ni izquierdas, son temas de personas las mismas que con un lápiz decidirán el 26 y 27 de octubre por quien votar.