Hace ya tiempo que el senador Alejandro Kusanivic viene denunciando de qué grave manera puede afectar al desarrollo de Magallanes no sólo sostener, sin discusión ni excepciones, sus vastas extensiones de reserva ecológica sino aumentarlas en los años futuros.
“Tener un 60% de la región bajo la denominación de Parque Nacional es una locura. Ninguna región puede tener este porcentaje porque también limita al país y nadie le paga a los habitantes de esta zona por soportar este tipo de limitaciones de crecimiento. Y con la nueva área marítima de reserva Kawéskar el porcentaje llegariamos al 90%”, expresan en conversación con Zona Zero.
El legislador también es muy crítico respecto de los “regalos” que realizaron a lo largo del tiempo Douglas y Kristine Tompkins para la creación de parques nacionales. En el marco de esta avanzada, en marzo pasado el gobierno de Gabriel Boric aceptó la donación de más de 93 mil hectáreas en Cabo Froward para la constitución de un nuevo Parque Nacional.
“Un privado no puede condicionar sus donaciones al Estado de Chile y tampoco indicarle al Estado cómo manejar su territorio”, expresa Kusanovic.
Para el senador, las ONGs internacionales y grupos de poder (habría que ver quiénes están detrás de las ONGs”, dice) pretenden imponer reglas de uso a Chile sobre su propio territorio y mar. En su mirada no apuntan al desarrollo del país sino todo lo contrario, a su despoblamiento. Todo esto propulsado por una rara o extraña visión mesiánica que parecen liderar la viuda de Thompkins, el dueño de la marca Patagonia, Yvon Chouinard, entre otros millonarios norteamericanos.
“Este grupo de gente se las da ecologistas y en realidad lo que quieren es limitar la población urbana. Ellos dicen que somos muchos en el mundo y acá en Magallanes. Cuando en verdad podríamos vivir más personas y administrar mejor los recursos de la naturaleza”, agrega.
“Para estos grupos ecologistas la población humana es vista como una plaga sobre la tierra”, suma.
Kusanovic también observa que el desarrollo de Magallanes tiene en este momento pilares muy concretos: turismo, salmonicultura, ganadería, pesca artesanal y con el hidrógeno verde en el horizonte.
“Aunque en ese sentido queda por ver cómo serán las nuevas tecnologías nucleares que proveerán más y mejor energía en los próximos años”, expresa.
El senador observa que la salmonicultura todavía tiene mucho que dar como sector y en estos momentos se encuentra limitada por el propio Estado y el gobierno.
“El aporte al PIB regional de la salmonicultura es del 24% y sino tuviera todas las restricciones que soporta, sería una industria aun más potente y su aporte llegaría al 40%”, detalla.
“La industria está asfixiada porque no hay espacio y además la relocalizaciones permanecen limitadas, de hecho, no hay relocalizaciones. Hoy la industria está asfixiada y al límite de su capacidad productiva”, subraya.
El senador entiende que la salmonicultura tiene mucho que ver con el futuro de Magallanes. “El sector está produciendo el alimento del futuro, Chile es un líder mundial en producción, pero ha perdido terreno porque su crecimiento como sector fue limitado externamente”, afirma.
Aquí encontrarás el último reporte de exportaciones del Consejo del Salmón.